viernes, 1 de septiembre de 2023

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 10

 


Una tarde, después de clases y de estar tumbados en el pasto, viendo y sintiendo el constante murmullo del bosque, con sus manos entrelazadas, Yunho regresó a la casona, sintiendo su corazón más enamorado que el día anterior. En el camino ve a Boo correr jugando con las flores silvestres. Ríe cuando la brisa hace girar un montón de flores quedando como tiara sobre la cabeza de su gato.  Realmente adorable, pensó.  Boo saltó hacia sus brazos. Cuando llegó, sintió el inconfundible aroma del chocolate caliente. Se quedó un rato sorprendido en el umbral de la puerta. La anciana estaba de visita, cuando lo vio se acercó de inmediato, Yunho creyó que pellizcaría sus mejillas, pero en vez de eso, acarició suavemente las orejitas de Boo., luego mirando a Yunho entrecierra los ojos—Te lo dije, que, él te encontraría.

La señora Jung sirve la cena, mientras la anciana mira con idolatría al pequeño gato... Puedes quedarte con él, dijo. A lo cual Yunho responde un rotundo¡No! Carraspea, lo siento, Boo no está acostumbrado a otras personas. 

Creo que la anciana, dijo en voz baja, su madre. —Ella lo necesita más que tú, está tan sola y mira a Boo parece agradarle.

Yunho hizo una mueca, su gato estaba en la falda de la anciana, ella le canta una canción de cuna. 

Subió al cuarto, está molesto. —Gato traidor (murmura) Se tumba sobre la cama tapando su rostro con la almohada.  Al rato, Boo saltó sobre él, ronroneando entre sus piernas, para luego amasar la almohada, dar algunas vueltas en el mismo lugar, y acomodarse a dormir.  Yunho lo mira un rato, ¿verdad que no me dejarás nunca, Boo? El gato responde con un somnoliento maullido., aún dormido, sigue su cascabel cantando.

Más tarde, cuando el muchacho se durmió., Boo salió por la ventana del ático. La anciana tuvo una especial visita de madrugada, antes que el sol y la luna se miren al pasar.

Mi querido nieto, dijo sujetando sus manos suaves. Sus ojos brillan y siente que su alma se libera de una forma delicada y placentera... Cerró los ojos y en aquel sueño eterno, pudo ver campos de belleza sin igual y a quien tanto amo años atrás. Su esposo la espera para traspasar juntos las grandes puertas de plata. Qué espléndida paz.


Algunas horas después

Era una buena mujer, ojalá encuentre la paz eterna, es lo que comentan los aldeanos... mientras caminan detrás del cortejo fúnebre, el valle los acompaña con pequeñas flores blancas como lloviznas que caen sobre el carruaje mortuorio.


Los días siguientes

Yunho fue al pueblo por una encomienda de su madre, al atardecer las luces de los faroles comienzan a encenderse, así como dos faroles están encendidos en la casa de la anciana, supone que los aldeanos las encienden, ya que nadie habita, ahora ese lugar.

Es un misterio, dijo su padre.

Yunho hizo una mueca.—¿En serio crees que son espíritus?

Yo solo digo lo que he escuchado durante estos largos años.

Por qué nuestra casa no tiene faroles ni esas casitas pequeñas.

Su padre se quedó pensativo, se encoge de hombros—No es nuestro momento, aún.

Yunho se quedó más confundido.


Luego en la cocina

De qué tanto parloteas con Yunho, preguntó la señora Jung... Su esposo lo mira—Ya lo olvidé.


Quiero que tomes mi mano, dijo Jaejoong, y hagamos que este día sea especial. ¿Escuchas el sonido del tren? Yunho escucha las palabras de Jaejoong las mismas que lleva el viento, puesto que los labios del ángel son como cerezas.

No importa donde lo lleve, él solamente lo sigue hacia el camino dentro del bosque, donde los faroles cuelgan de los árboles y las candelillas siguen dormidas.

¿Confías en mí? Preguntó Jaejoong... Yunho respondió con un sonoro suspiro—Sí.

Entonces los árboles comenzaron a despejar las vías de la antigua estación y ante la mirada incrédula y atónita de Yunho, un viejo tren emergió entre nubes de vapor.


martes, 22 de febrero de 2022

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 9



Una mañana en la escuela, mientras Yunho idolatra el pestañeo incesante en los ojos de Jaejoong, un muchacho nuevo llegó a la clase. 

Tae es mi nombre, dijo, sus ojos brillaron al mirar  a quien a buscado durante tanto tiempo. Desde entonces trata de llamar su atención, lo vigila como si fuera una sombra, su misma sombra que se agranda al estar cerca, acechando, tratando de atraparlo y no dejarlo ir. Pero siempre una luz resplandeciente hace que esa energía oscura disminuya hasta el punto de no quedar nada.


Tae se siente débil, necesita la energía de Yunho.


Yoochun y Junsu, también Chanmgin son cautelosos, olfatearon un extraño aroma. Un aura oscura.


Otro día en la escuela y siempre lo mismo, Tae le habla—Por qué no puedes reconocerme. Yunho alza una ceja y se aleja.


En vano trata de arrastrarlo hasta su oscuridad., la energía de Jaejoong es como alas invisibles que abrazan a Yunho.


Una noche, mientras Tae maldice, un hombre cuya característica es una gran sonrisa irónica, se sienta a su lado.

Tae alza una ceja—No puedes ayudarme, solo eres una sombra, dijo tumbándose en un viejo sillón de una casa abandonada.

La sombra parece danzar a su alrededor—Averigua donde está mi hermoso ángel y te daré al muchacho.

Por qué no lo encuentras tú... eres una sombra, puedes entrar a cualquier casa.

No puedo verlo... pero sé que está cerca. (Alarga su mano), cuando quiero atraparlo se desvanece... lo necesito. Tú te pareces mucho a él, pero su esencia es distinta a la tuya. Es como si llevara toda la fragancia sutil de la pradera, fresca y perfumada. Suspira, me oculta su luz.

A lo lejos se escuchan risas de niños.

Tae hace una mueca., esos gatos, tienen la facilidad de irritarme con sus maullidos ensordecedores. 

El hombre alza una ceja—Que has dicho?




Yunho y Jaejoong corren por el valle, ríen...es un día radiante, ninguna nube amenaza con ocultar el sol y si así fuera, su luz interior es suficiente para ambos, para seguir juntos por siempre, por muy oscura que sea la noche sin luna ni estrellas.

El gigantesco árbol que custodia la entrada al bosque, parece inclinarse y saludarlos. 

Caminan sigilosos, en aquel pequeño y gigante mundo de los dos. Una cría de ciervo juega con las hojas silvestres, luego corre feliz a cobijarse bajo el calor de su madre. Más adelante, mariposas, cientos de ellas. Una se posó en la nariz de Yunho. Se escuchó un canto, una voz suave, casi imperceptible, que solo las almas puras pueden escuchar. Yunho y Jaejoong sonríen, ponen atención al canto melodioso. De pronto miran hacia el cielo, las ramas de los árboles parecen entrelazarse y miles de hojas con florecillas multicolores caen como lluvia sobre sus cabezas, ríen y corren tomados de las manos, nada puede ser mejor que esa sensación. Es el amor, no hay dudas.


Cruzaron un puente, en medio del bosque, a cada paso florecen diminutas flores, Yunho no se percató de tal magia; ni de las risitas de las hadas que los vigilan de cerca.

Comenzaba a anochecer, el tiempo pasó tan de prisa... las luces a lo lejos, en la parte más profunda del bosque, comienzan a verse con mayor claridad. Yunho quiso avanzar y verlas de cerca, pero Jaejoong se negó.

Por qué, preguntó alzando una ceja.

Porque puede ser peligroso, nunca voy más allá y tú tampoco debes ir.

No debes temer, dijo Yunho, yo estoy contigo.

Jaejoong sonríe—Entonces no necesitas avanzar. Aquí estoy.

De pronto se escucharon risas de niños y al rato maullidos en una sincronía fascinante.

Son los niños de la aldea, dijo Jaejoong evitando la curiosidad de Yunho., bien sabes que amamos a los gatos.

Yunho—Sé que es tonto, pero, mamá, dijo que los gatos son protectores de las almas.

Jaejoong—Es muy cierto. Nunca alejes a un gato. Él cuidará de ti y alejará a las sombras que quieran llevarte al otro lado.

Y antes que Yunho haga otra pregunta lo besa suavemente para tomarlo de la mano y correr juntos hacia el valle, dejando atrás las luces mágicas del bosque.


Esa noche Yunho cenó con sus padres y luego subió al cuarto donde Boo lo espera en su mullida almohada. Hoy fue maravilloso, dijo a su gato, quien mueve las orejitas. El bosque danzaba para nosotros (lo abraza) es tan fantástico. Yunho pestañea, tuvo la leve impresión de estarse viendo en los ojos de Jaejoong. 



La sombra avanza sigilosa hasta la vieja casona, observa... una presencia adorable invade la casa, es un gato.  Se agita ante la idea de haber encontrado a su ángel. 

Y recuerda las palabras de Tae,  a veces la locura guarda una gran verdad "Esos gatos, tienen la facilidad de irritarme con sus maullidos ensordecedores" dijo al escuchar la risa de los niños jugando en el bosque. La anciana también se refirió a los gatos que habitan el valle y más allá del bosque. ¿Sería posible que su amada luz radiante se esté ocultando de manera tan adorable? Sonríe de medio lado, todas esas pequeñas almas le pertenecen porque él un día se las arrebató. Comienza a reír, su reino de oscuridad volverá a tener el brillo de una estrella resplandeciente. Los recuperará a todos y sentará a su derecha a su favorito, al bello Jaejoong. Su canto endulzará sus oídos por cien años y más.




CONTINUARÁ... el final está cerca.

lunes, 14 de febrero de 2022

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 8

 

El tiempo pasó apacible y armonioso.


Los días resplandecientes bajo el sol, las tardes  frescas bajo el viejo cerezo, que cada año, como si fuera un milagro  sus retoños rosados vuelven con más fuerza. El canto del riachuelo y las suaves hojas del sauce que danzan con la brisa de mayo.

De pronto, el bosque detuvo su constante murmullo. 

Y un beso suave hizo que las flores en capullos abrieran sus pétalos, que las hojas marchitas tengan nuevos colores. Y el canto del lago entone una melodía de amor compuesta por el sonido de los latidos presurosos de Yunho. 

Jaejoong sonríe.

Todo es perfecto., todo está en sinfonía delicada y susurrante, incluso el sueño que los alcanzó...seguro soñaron con querubines regordetes jugando en las esponjosas nubes. 

La luna ya comenzaba a salir cuando Yunho dando un gran bostezo, despertó. No vio a Jaejoong a su lado, pero estaba Boo acicalando sus orejitas, al muchacho ya no le sorprende, su ángel enamorado aparece y desaparece a su antojo. Supone que la magia del amor (sonrojado) es así. Tomó entre sus brazos al gatito y caminó hacia la casona. En el trayecto Boo parece cantar en forma de ronroneo y cosa curiosa, el alma de Yunho se siente acariciada.

Changmin vigila, siempre atento a las sombras que se ocultan.


Una mañana, la señora Jung llega del mercado—Pobre mujer, siempre me pregunta, a mi, por su nieto.

El señor Jung—Si, pobre mujer...pero quien es su nieto.

La señora Jung se encoje de hombros.




Mira esa nube parece ratón, dice Junsu indicando...Esa parece un delfín contesta Yoochun (ambos ríen) y esa otra tiene cara de bobo (miran a Yunho), el muchacho hace una mueca—Yo creo que parece un oso grande y fuerte, como yo.

Yoochun y Junsu ríen.

Al rato el oso con cara de bobo, sonríe al ver a Jaejoong llegar, entre sus brazos  un  gatito., con una patita vendada.


Que lindo gatito, dijo Yunho  acercó su mano para acariciarlo, pero el gatito le gruñó. Su mirada es desafiante, Yunho hace una mueca—Se parece a alguien.


Momento en que Yoochun y Junsu comenzaron a actuar extraños, se pusieron pálidos...respiraron hondo, aguantaron la respiración, y corrieron. 

El gatito saltó de los brazos de Jaejoong y los siguió.


Antes que Yunho pregunte que pasa, Jaejoong lo toma de la mano...sonríe y es suficiente para que el muchacho olvide su entorno y todo lo demás.

Mientras

Los tres gatitos detienen su loca carrera, desde el cerro más alto del valle pueden ver una nube posada sobre la casa de la anciana.

La nube bajó despacio, rozando el suelo, tomó la forma de una silueta. 

Los gatitos agazapados vigilan.

Yo tuve un nieto, dijo la mujer, mientras teje un largo hilo que cubre toda la entrada de su vieja casa, tan antigua como su misma historia.

Era un muchacho tan alegre, su voz era tan dulce como el canto de un ángel (su mirada se oscurece) atrajo a la sombra,  como polillas a un resplandeciente farol. Hay muchos gatos en el valle.

No me interesan los gatos. Que sucedió con tu nieto.

La anciana sonríe—Creen que estoy loca.

Dime, anciana, donde está tu nieto...lo necesito (dijo en un imperceptible susurro)

La mujer bosteza, dejando caer el tejido.


Otro día


Changmin con el ceño fruncido, alza el brazo y amenaza a la audaz nube que pretende cernirse sobre el pueblo y dejarlo en la más absoluta oscuridad ¡Vete, nada se te ha perdido en este lugar! grita desafiante, mientras Yoochun y Junsu derribaron a Yunho que llegaba justo en ese momento, su boca mordió un poco de pasto., está molesto.

Lo sentimos, dijo Junsu, fue preciso actuar sin pensar.

¡Qué les pasa!?

Estabas en peligro...dijo Junsu.

Yoochun carraspea, para que Junsu no diga lo que no tiene que decir.

Yunho hace una mueca y sacude su pantalón. 

Changmin sigue atento mirando el cielo. Yunho alza una ceja cuando  notó que cojeaba.

Es preciso que sepas, dijo de pronto acercándose de manera demasiada amenazante a Yunho, si quieres ser parte de él...debes protegerlo con todo lo que tengas.

Yoochun palmotea el hombro de Changmin—Tranquilo, no es el momento.

Junsu sonríe algo nervioso—Así como lo ves, tan serio, Min es muy bromista.

Yunho—Min como el gato?

Junsu estornuda.


Pero luego, para Yunho todo dejó de tener importancia, nada a su alrededor es más interesante que verse en los ojos de Jaejoong.


La magia se apoderó de su corazón enamorado. Todos los colores resplandecen en las mañanas y por las tardes se tiñen de un cálido anaranjado.

Sucedió una tarde...

Yunho mira por la ventana del ático, todo está demasiado tranquilo...ni las hojas de los árboles se mueven., pero de pronto se desató un torbellino que va dejando destrozos a su paso, se dirige directo a la vieja casa para elevarse de manera súbita hasta la ventana y detenerse, como acechando, formándose una silueta. Los ojos de Yunho se agrandan, fue cuando Boo saltó de algún lugar hacia la nube. Todo sucedió muy rápido...tanto que Yunho pestañeó y ya no recordaba nada de lo sucedido. Se tumbó sobre un colchón, respiró hondo, siente una extraña sensación.  Bajó cuando escuchó a sus padres llegar del mercado.

Ella alzando las cejas—Pero que sucedió aquí.

Yunho agranda los ojos, la sala está llena de hojas...

El señor Jung—Seguro fue una brisa, es típico de esta fecha. Aquí las brisas son fuertes (dice mirando a Yunho) Ven ayúdame a limpiar.


Yunho hace una mueca, hace un momento todo estaba quieto...y de pronto una brisa es capaz de llenar la sala de hojas otoñales.  Se encoje de hombros., sonríe cuando Boo llega corriendo haciendo volar las hojas, jugueteando entre ellas. El señor Jung respira hondo—Hijo llévate a tu gato, o no terminaré antes de la cena.

Donde estabas Boo, dice sacando una pequeña flor azul de su cola...la cual se desvaneció iluminando por un segundo sus dedos. Yunho sorprendido, viste eso Boo? el gato lo ignora mientras lame sus patitas. El muchacho se quedó pensativo, luego subió al ático... Miró el gran árbol que custodia la entrada, seguro son esas luces, candelillas, dijo su padre una noche.

—Hijo esas luces son candelillas., luces fluorescentes que suelen presentarse en el campo o en los bosques.


Yunho respira profundamente, y tú que piensas Boo? el gatito ronronea acomodándose en su mullida almohada.




Una tarde, tumbados en la alfombra de hiedras que se entrelazan unas con otras de árbol en árbol formando un arco de múltiples florecillas azules. Yunho agrandó los ojos cuando Jaejoong hizo sonar sus palmas y millones de hojas comenzaron a llover sobre ellos y al contacto se desvanecen dejando un sutil as de luz.



Suelen caminar, un poco más adentro del bosque. Maravillosas cosas ocultas a la luz del sol.  Pero toda pequeña magia es olvidada al día siguiente, con ello Yunho ha comenzado a sentirse débil y la necesidad de estar con Jaejoong va en aumento, tanto que duele su pecho cuando no está a su lado y que, curiosa o extrañamente se  calma con el ronroneo de su gato Boo.

Yunho bosteza ampliamente, vuelve a bostezar, su padre alza una ceja—Te has puesto demasiado perezoso, como tu gato (sonríe).

La señora Jung hace una mueca—La juventud es perezosa.

Yunho rueda los ojos, salió al jardín...un gran jardín ante sus ojos...el viento mece las copas de los árboles, desea correr hacia el bosque. Pero sus piernas parecen no querer caminar, así que se tumba sobre el pasto que aún el otoño no seca...el sol brilla en lo alto, respira hondo...por qué siente angustia, y como un recuerdo lejano se forma en su mente...imágenes abstractas que no tienen sentido, fue un leve sueño., bosteza, el sol sigue brillando...pero de pronto una sombra  oscureció el valle. Yunho abre los ojos y le pareció ver algo, no tuvo tiempo de pensar o de pestañear. Jaejoong estaba sobre él, protegiéndolo de algo o alguien.

Fue todo tan rápido.

Despierta dormilón dijo Jaejoong, convenciendo a Yunho que se durmió y hablaba algo  que no pudo entender.
Pero Yunho recordó—Una sombra, como una nube se...
Jaejoong sonríe—Es otoño, el sol brillará, también las nubes bajarán...Dijo con un constante pestañeo., que como las otras ocasiones hace que Yunho olvide todo lo demás.

Respira profundamente—Me gusta ver el resplandor del bosque en la noche. Desde el ático de mi casa puedo ver cientos, no...miles de lucesitas danzando desde el viejo árbol hasta el prado y luego se desvanecen. Las has visto?
Jaejoong pestañea, luego sonríe—Por supuesto, hay muchas lucesitas a las que les gusta danzar en el bosque.
Yunho—Mi papá dice que se llaman candelillas.
Jaejoong—Como las candelillas del cielo.
Ambos ríen.
Yunho—Y esas luces danzantes.

Son insectos con faroles en el trasero, dijo Changmin que salió de su escondite y no te asombres si en las noches sin luna vez destellos luminosos en el bosque, son hongos que tienen una enzima especial que las hace resplandecer en la oscuridad, de un color azul verdoso. Es simplemente una reacción química. Nunca te acerques a uno de ellos. 
Dijo aquello y se fue por donde mismo llegó.
Yunho hace una mueca—Que le pasa...
Jaejoong esboza una sonrisa.


Yoochun y Junsu respiran profundamente para luego reír, realmente Changmin es un guardián muy celoso.



CONTINUARÁ

viernes, 9 de julio de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 7

 


Después de aquel mágico encuentro, Yunho siente que camina sobre los tréboles sin llegar a tocarlos, flotando mientras su corazón todavía no encuentra la calma., agitándose en cada mirada.

Su mano, el suave toque de sus dedos hizo que miles de corrientes eléctricas recorrieran su cuerpo, cosquillas de colores. No mires a nadie más que a mi, parecieron decir sus labios entreabiertos. No fue necesario hablar, el idioma de los sentimientos lo dijo todo., en un silencioso palpitar.

Yunho no puede dejar de mirarlo, de reojo ya que sus mejillas arden como aquella vez que tuvo fiebre, pero esta vez el calor nace en su corazón.  Es agradable.

El muchacho habla, Yunho solo puede ver la coqueta manera de mover los labios.

Corrieron por el bosque, sonrisas que se vuelven melodías, caminos que se abren dejando senderos mágicos.

Ya comienza a atardecer y el muchacho debe marcharse. 

Te volveré a ver? pregunta Yunho evitando parecer ansioso. El bello muchacho sonríe, yo siempre estoy contigo, contestó.

Yunho no entendió pero, quien quiere entender cuando todo es una sinfonía.

El bello muchacho se marchó, Yoochun, Junsu  y Chagmin lo siguen...al pasar por el lado de Yunho lo miran de reojo, Yunho hace una mueca.


Caminó de regreso a la vieja casona, pensando y no estando seguro si fue real o un sueño. Es decir, sabe que fue real, pero una realidad tan hermosa como el mejor de los sueños. Yunho, subio a su  cuarto, no se detuvo a cenar...el señor y señora Jung no quisieron borrar tan graciosa sonrisa de su rostro con preguntas.

Se quitó la chaqueta y tumbó sobre la cama...sonríe, luego miró la almohada, Boo no ha regresado.

En la noche...

Escuchó ruidos en el ático, y como no puede conciliar el sueño subió, de seguro es Boo, abrió los ojos por la curiosidad que sintió al ver moverse las luces de los árboles y bajar lentamente con una sutil danza que lo hipnotiza y hace dormir.

Cosa curiosa, soñó con el bello muchacho y con su gato.

A la mañana siguiente se sintió conmovido por algo que no logra descubrir. Sonrió, Boo duerme plácidamente sobre la almohada.

Son tantas emociones enfocadas en una sola persona., sintió la necesidad de hablarlo, pero con quien? no son cosas que pueda decirlas a sus padres, sus amigos están lejos, así que decidió escribir aunque nunca fue cursi.

Los latidos de mi corazón  quieren escaparse de mi pecho, como el riachuelo parece entonar una canción, un suspiro oculto de algún muchachito enamorado, allá lejos en la próxima estación.  Que extraña sensación, no creo haberla sentido antes, no de esta manera.

Esboza una sonrisa nerviosa, es lo más tonto y cursi que ha escrito en su vida., inmediatamente arrugó el papel y tiró a la basura.

A la hora del desayuno

El señor y señora Jung se sentaron frente a su hijo, la noticia que deben darle tal vez ponga de muy mal humor a Yunho.

Nos quedaremos más tiempo de lo acordado, por lo cual...asistirás a la escuela del pueblo, dijeron esperando una exagerada reacción por parte de su hijo.

Largo momento de silencio hasta que Yunho se encogió de hombros—Para mi está bien.

Tanto el señor como la señora Jung se miraron perplejos, esperaban a lo menos un buen berrinche.


Fue así como cada mañana, el muchacho lleno de energía y entusiasmo baja las escaleras, toma a medias un vaso de leche  y sale corriendo con una tostada en la boca. 


Todo el valle resplandece...Un nuevo color, un nuevo aroma. El riachuelo susurra un canto diferente. 

Escuchó risas de niños que corren a la escuela, su corazón se agitó...una enredadera traviesa lo hizo caer entre un montón de amapolas amarillas. Se levantó molesto sacudiendo su pantalón...fue cuando sus mejillas se tiñeron con tonos rojizos.

Yunho sonríe bobamente, mientras camina detrás de un muchacho, dueño de sus pensamientos, de nombre Jaejoong.

Recuerda aquel día cuando apareció en el bosque, caminando sutilmente, casi etereo, llevaba una corona de manzanillas sobre el cabello  y su aura resplandecía...estuvieron sentados en el anden de aquella vieja estación en medio del bosque, permanecieron en silencio, a ratos Jaejoong mira el cielo y los alrededores, como si estuviera alerta de algo. Yunho solo puede verlo a él. 

Y así sin palabras,  sintiendo el mudo sonido de los sentimientos, los lazos afectivos se van tejiendo con  suaves hilos invisibles, pero fuertes como cadenas.


Sucedió por un breve segundo, que por la mente de Yunho se cruzó la imagen de su gato Boo al momento de admirar la belleza de Jaejoong. 

Se sonroja una vez más, seguro es tan suavecito como Boo., piensa mientras comienza a sonreir bobamente.

Jaejoong se acerca tanto que Yunho teme pueda sentir los latidos de su corazón, su boca está seca.

Dime, qué piensas?

Yo, yo  (solo pudo balbucear)

Jaejoong se acercó un poco más—Me veo en tus ojos.

Yunho se atora.

Sabes lo que quiere decir? preguntó el muchacho, Yunho siente los latidos de su corazón palpitar en sus oídos.

—Significa que, yo, vivo allí (dice tocando levemente el pecho del atolondrado Yunho. 


Del muchacho mal humorado no queda nada...es más, sus antiguos recuerdos de la ciudad se fueron desvaneciendo y cosa curiosa...olvidó el motivo de su frustración. Aquel motivo que permanece dormido en una sala de hospital.

Y el tiempo pasó tan rápido como un suspiro.

Tiempo suficiente para sanar algunas heridas, tiempo suficiente para olvidar y para recordar. Hilos que se enredan enmarañados buscando  una salida.

Y mientras la amistad de Yunho y Jaejoong se fortalece, Changmin tiene sus reparos, los mira con el ceño fruncido, Yoochun palmotea su hombre, no te preocupes le dice. Junsu con su característica espontaneidad—Todo está bien., él no dejará que nada malo suceda.

Changmin hace una mueca, de todos modos no los perderá de vista.


Yunho  voltea a ratos a ver a los tres chicos que los siguen.

Qué les pasa, preguntó.

Me protegen, fue lo que contestó Jaejoong

Dé qué...de mi?


Jaejoong ríe—Son unos hermanos celosos.,  ya que tu tienes toda mi atención.

Yunho sonrió bobamente., quiso entablar una conversación madura, pero a los quince años no se puede ser maduro cuando todos las ideas están revueltas y solo puedes sentir mariposas haciendo cosquillas en el vientre.


En la escuela, Yunho se empecinó en demostrar sus aptitudes deportivas, pero, siempre es derribado por Changmin., quien ante la severa mirada de Jaejoong, vuelve ronroneando como un gatito a su lado.



Mientras


En un hospital  de la ciudad.


Un muchacho, que estuvo meses dormido ha despertado...confundido y apestado por el olor de las medicinas, ha permanecido desde entonces con la mirada pegada al techo, sonriendo , gesto de locura...A la misma hora, todas las noches un enfermero entra al cuarto, le da de beber agua con una pastilla, y al comprobar que se duerme, sale.

Pero el muchacho finge, luego escupe la pastilla  y espera que la noche oscurezca el día.  


Una mañana

¡Yunho! gritaba Junsu...el muchacho se asoma por la ventana del ático...Junsu agita sus manos cuando lo ve asomarse todo despeinado y con cara de pocos amigos,  vuelve a reír y le muestra una cesa—Quieres ir a buscar frutos del bosque?

Yunho hace una mueca, frutos del bosque?

Junsu sonriendo,  mi abuela prepara la mejor de las mermeladas. dijo con orgullo.

La señora Jung también se asoma por la ventana  de la cocina, sonríe.

Vienes o no, volvió a preguntar Junsu...Yunho se rasca la cabeza.

—Como quieras, iré solo con Jaejoong.

En un dos por tres Yunho está preparado agarra la cesta y camina hacia el bosque, Junsu ríe.


La señora Jung dejó de sonreír, ese nombre...no logra recordar de donde lo escuchó, le pregunta a su esposo...Recuerdas como se llamaba el nieto de "esa" anciana? El señor Jung hace intentos por recordar—Qué curioso, tengo buena memoria, nunca olvido los detalles...pero no logro recordar el nombre de su nieto.

Al ver la expresión de preocupación de su esposa, la abraza—De qué te preocupas...eso sucedió hace muchos años, y ya sabes que a la gente del pueblo le gusta inventar historias. Crecimos escuchándolas, tanto que, creímos eran reales.

Ella respira hondo, tienes razón, éramos tan niños en aquel tiempo.

Lo maravilloso de las historias, encantadoras y mágicas...es que también guardan un lado oscuro. Pero son solo historias.

Historias que se convierten en leyendas y las leyendas en mito. Aunque ningún mito deja de tener una leyenda verdadera.



CONTINUARÁ

Pronto.

domingo, 2 de mayo de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 6

Desde aquella noche no ha vuelto al bosque.

Una mañana

Yunho, se quedó un rato más en la cama. Mientras el gato, después de su rutina de belleza,  da  algunas vueltas en el mismo sitio para finalmente acomodarse y seguir durmiendo en la almohada.

Mirando el techo y las formas abstractas de las vigas—También lo viste, verdad Boo? El gato mueve las orejitas...

Las puertas de la ventana se abrieron, dejando entrar una fuerte brisa que atrajo con ellas pequeñas flores de manzanilla. Algunas cayeron sobre la cabeza de Boo, haciendo que el gato se viera realmente adorable. Su ronroneo  hace que Yunho poco a poco se vuelva a dormir y sueñe con un sendero de faroles colgados de los árboles, mantos de tréboles de cuatro hojas y la hermosa presencia de aquel muchacho, que  emerge entre neblinas. 

El canturreo de su madre lo despertó.

Más tarde

Sentado en un escalón a la entrada de la casona...mira el valle, a veces, todo se queda en silencio por algunos segundos, entonces puede escuchar una lejana melodía. Luego todo el valle parece cantar. A la vez los sonidos que hace el viento cuando mece las copas de los árboles y el ruido melodioso del riachuelo. La risa de algunos muchachos y el maullido de gatos. Alza las cejas y se pone de pie...sube a una pirca de piedras para ver más lejos. Solo ve pasar la brisa arrastrándose entre la hierba. Como susurrando un secreto a los seres más pequeños.



Estaba tumbado en la cama cuando escuchó ruidos en el ático. Lo más probable es que sea el gato Boo. Subió a ver, pero no estaba...de todos modos se acercó a la ventana y miró el valle. Se quedó mirando el gigantesco árbol que parece llamarlo con sus ramas que se mueven con el viento.

Aun somnoliento camina hacia el mercado, la pereza de Boo es contagiosa, dice bostezando. Cada paso, es para Yunho un lugar más pintoresco que el anterior. Luego de haber comprado las especias que su madre le anotó en un papel, caminó hacia la pequeña plaza del pueblo. Nota las miradas de los pueblerinos, supone que el chico nuevo es novedad. Vio a la anciana de la otra vez, rodeada de niños, les contaba una historia. Yunho se acerca lo suficiente para poder escuchar.

—Cuenta la leyenda, que en noches sin luna...sale un espíritu malvado a recoger las almas de los niños y jóvenes desobedientes...se los lleva al interior del bosque, nunca regresaron...en su lugar, aparecieron cientos de gatos. Algunos niños regresan, después de tomar el alma de otro...un cambio justo. Por eso niños, sean obedientes.

Algunos niños corren a abrazar a sus padres, sollozando, otros más divertidos imitan el maullido de gatos. 

La anciana sonríe, veo que tendremos muchos gatitos esta temporada.

Yunho, hace una mueca—Que clase de historia es esa.

La anciana lo mira y se acerca, sonríe mostrando sus encías—Ya te encontró?

Yunho retrocede, camina de regreso...más bien corre.

Dejando el encargo de su madre en la cocina—Esa anciana loca, me da escalofríos.

Su madre respira hondo, sabe bien de quien habla, años atrás, esa anciana, perdió a su nieto, cuando este molesto corrió hacia el bosque. Ella cree que el espíritu de su nieto está atrapado. Pobre mujer, dice, perdió la razón.

En ese momento el señor Jung entra a la casona por un refrescante jugo de naranjas, para luego tomar del brazo a su esposa, sintonizar en la radio los recuerdos  y bailar. Yunho rueda los ojos, cuando sus padres están en plan amoroso, es mejor alejarse.

El sol está  en su auge y sin embargo es como si los rayos cayeran tibios, y la brisa arremolinada hace bailar a las amapolas que crecen en abundancia a las orillas del camino, amarillas, rojas y anaranjadas.

Yunho bosteza, decidió explorar los alrededores. 

El muchacho tiene el presentimiento que alguien lo sigue...se detiene, mira hacia atrás, no ve nada...se encoje de hombros, sigue el rumbo de piedras de colores, pero otra vez esa sensación...vuelve a detenerse y voltea...Respira hondo, algo se mueve entre los mantos de amapolas, Yunho se acerca despacio, un paso, dos pasos. Cayó sentado cuando Boo salta contra su pecho. Se quedó tumbado en el tierno pasto, controlando su respiración, Boo se quedó quieto a su lado—Me diste un gran susto, dijo Yunho, acariciando las orejitas pequeñas de su gato.

El ronroneo de Boo es tan sereno. 

Los lazos se van tejiendo. 

La brisa trae el aroma de pinos del bosque. 

Yunho respira hondo, siente una leve sensación en su pecho...tiene la seguridad que algo soñó, pero ya no lo recuerda.

De pronto entre todo lo reluciente y colorido del valle, se cierne una oscuridad pasajera. Boo está alerta.

Yunho mira el cielo, que extraño, murmura. 

Boo se puso a maullar, tan fuerte que todo el bosque pareció detenerse para escucharlo. El gigantesco árbol dejó de mover sus ramas por algunos segundos. Hasta que el viento regresó y bajó susurrando un nuevo secreto entre brisas por los campos de flores. Incluso los cánticos del riachuelo habían cesado.

Oye te duele la pancita? pregunta el muchacho. Alza una ceja—Eso te pasa por ser glotón, Boo.

El gato corrió en dirección al bosque, a ratos voltea a mirar a Yunho.

Maúlla.

Yunho respira hondo, y, lo siguió.

Al rato

¡Boo! donde estás...te perderás y yo también. Gato loco ¡ven aquí!

Se quedó quieto mirando todo al rededor, realmente fascinante, como la mejor fotografía...los colores tan brillantes y limpios...Debió haber traído su máquina fotográfica, es vieja pero aún sirve. Lo vintage está de moda, diría su madre. 

Ve cuatro senderos exactamente iguales...creo que estoy perdido. Donde rayos está el norte, dice refunfuñando.

Escucha un maullido, pensó que su gato había regresado—Espero que sepas el camino de regreso. 

Dio un paso, y...

Agáchate, dijo un joven que estaba aparragado oculto entre el follaje del bosque, Yunho iba decir algo, pero otro chico más alto lo agarra del brazo—Agáchate y no digas nada.

Yunho frunció el ceño y miró hacia el cielo como lo hacen los otros chicos, hace una mueca, solo vio una nube negra que pronto desapareció.


Después todo volvió a la normalidad.

Disculpa nuestros modales, dijo uno de los muchachos, soy Junsu, el muchacho alto es Changmin (baja la voz) le gusta pelearse en los tejados (carraspea) el de allá es Yoochun.

Todos dicen ¡Hola!, de manera encantadora, Yunho alza una ceja, ya había visto a dos de ellos, la otra vez en el pueblo.

Respira hondo—Que fue todo esto...de que se ocultaban, mi gato también se asustó, yo solo vi una nube negra., lo cual es extraño...es un día soleado.

Verás, dijo Junsu, indicando el cielo—No es cualquier nube, es un espíritu maligno que se lleva las almas de los niños y jóvenes amargados.

Yunho hace una mueca—Me quieren tomar el pelo, verdad?

Yoochun—Es una historia que se ha contado de generación en generación, es común ver a los niños desobedientes escapar de la nube negra, los padres mantienen así, quietos a sus hijos. Para algunos es un cuento, para otros...

Changmin—Es el espíritu del mal, que se lleva a los jovencitos desobedientes, extrayendo toda su alma y así ser más fuerte.

Yunho hace una mueca—Al parecer todos están locos en este pueblo al igual que la anciana.

En ese momento sintió un latido de su corazón, acelerarse...fue extraño. Como si el aroma más dulce golpeara su alma.

Yunho voltea...

Sintió que todo su cuerpo se desplomó pesadamente para luego sentirse liviano como una pluma. Fue como si sus pies tuvieran alas, sintió que podía tocar el cielo...Yunho se sonrojó y ninguna palabra lograba reunir,  se vienen a su mente letras sueltas y corazones titilantes. 

Un bello muchacho con una corona de manzanillas sobre su dorado cabello, llegó caminando sobre pequeñas flores de color violeta.

Yunho balbucea...

El muchacho sonríe y con ello todo pareció ser aún más brillante, y, sintió que el bosque tiene otro aroma, otro color...mira hacia el cielo, ve entre las ramas de los árboles, destellos de luz dorada.



CONTINUARÁ...

sábado, 3 de abril de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 5

 Yunho hace muecas, mirando al gato y este entre indiferente y perezoso, bosteza y se acomoda en la almohada...su lugar favorito de toda la casa. Al parecer todo lo que tenga el aroma de Yunho es para el gato, su lugar favorito.


Y ya pensaste en un nombre? preguntó la señora Jung.

Yunho se tumba sobre la alfombra, respira hondo—No tengo tiempo para pensar en un nombre para gato.

Y que es eso que tanto demanda tu tiempo? preguntó la señora Jung con tono, algo, irónico.

El muchacho respira hondo, debe encontrar la manera de escapar. Aunque muy, pero muy interiormente esa idea se va evaporando como el vaho de la tetera que empieza a sonar.

Entonces, ya pensaste en un nombre? preguntó el señor Jung.

Yunho se encoje de hombros mientras ve al gato jugar, corriendo por el pasillo persiguiendo una polilla...para distraerse después con una mariposa que persigue por el campo. Da saltitos tratando de atraparla...Yunho pestañeó cuando la mariposa se posó sobre la pequeña y rosadita nariz del gato.



Gato Bobo, dice, sonríe, ese es realmente un buen nombre.


El gato lo mira y maúlla.


—Creo que te queda bien, Bobo.

Yunho sintió que toda su piel se encoleriza, ni se atreve a respirar...el gato atrapó su pie desnudo, luciendo sus pequeñas pero afiladas garritas.

Quise decir, lindo gatito...Boo, si ese es un buen nombre, te gusta verdad? Boo.

Y de pronto toda la naturaleza que los rodea parece celebrar, los trinos de los pájaros melodiosos, la brisa que mueve los juncos y cerezos en flor. Las ondinas del riachuelo parecen cantar.


Entre la crecida hierba y florecillas lilas, comienzan a aparecer otros gatos.

El gato, Boo, maúlla y corre con ellos en dirección al bosque.


Yunho hizo una mueca, gato tonto, dijo y se acomodó en la hamaca que su padre hizo entre dos naranjos del patio. 

Ya han pasado algunas horas y si bien la tarde es agradable y la brisa es como una caricia, está inquieto.


Salió a caminar por los alrededores, explorando los lugares que no conoce todavía, se subió a pircas de piedra, atravesó puentes. Llegó al faldeo de un cerro y se sorprendió cuando vio unos bien construídos escalones, por lo cual pudo llegar a la cima que está cubierto de flores amarillas, blancas, azules y aromáticas. Desde allí puede ver el pueblo, se ven como casas de juguetes. Ya comenzaba a atardecer, las pequeñas casitas al lado de las más grandes, parecen faroles iluminados.

Es como esas portales que se ven en las revistas navideñas, pero sin nieve.

Escuchó el sonido de un tren, que pasó perdiendose entre el bosque dejando una estela de humo blanco con chispitas de colores.

Decidió regresar, seguro el gato bobo ya regresó.

Después de cenar subió al cuarto. Bosteza, miró la almohada, Boo no ha regresado, respira hondo, los gatos tienen siete vidas...seguro está bien.

Pero...

No puede dormirse.

Respiró profundamente cuando va camino hacia el bosque. Debo ser muy tonto, se dice...dio gracias a que la luna está llena iluminando el valle.

Un intenso ruido a su espalda lo hizo correr adentrándose en el bosque, corría y corría sin mirar hacia atrás, hasta que cayó sentado en un montón de otoñales hojas. Escuchó unas risitas, frunció el ceño ¡Quien está ahí!


Dos gatos salieron entre las ramas...


Yunho hizo una mueca, respirando hondo para calmar los latidos de su corazón—Supongo que conocen a mi gato, se llama Boo, lo han visto?


...


¡Pero que rayos estoy haciendo! se regaña.



Yunho se pone de pie sacudiendo las hojas pegadas a su pantalón. Siguió caminando en dirección donde se fueron esos gatos, seguro Boo debe estar por ahí cerca. Miró el sendero despejado, alzó una ceja...faroles que cuelgan de los árboles?. No se detuvo a pensar que es extraño. Divisó a su gato correr, lo siguió, adentrandose más en el bosque y así llegó a una estación de trenes, aparentemente abandonada.

¡Boo! vuelve aquí...

Hace una mueca, ahora debe correr detrás de su gato., que se interna más en el bosque.


Se quedó quieto cuando vio a un muchacho, sentado en un banco en medio de un manto de tréboles.


Yunho carraspeó, sentándose al otro extremo del banco, tiene las mejillas sonrojadas, mira de reojo al muchacho. Es sorprendido y todos los colores se posan sobre su rostro.

Se quedó en silencio, hasta que el muchacho lo mira—Puedes escuchar la melodía?

Yunho algo atolondrado—¡Si!, digo no... cual melodía? (Solo puede escuchar su corazón dando patadas contra su pecho)


Las voces de sus padres lo hacen voltear...cuando vuelve la vista hacia el muchacho, este ya no está. Miró para todos lados y ya no lo vio, pero su gato apareció, salió entre los matorrales de suaves y perfumadas hiedras. Lo tomó entre sus brazos y salieron del bosque.


Yunho recibió una reprimenda,  pero las reprimendas de sus padres nunca  son tales. Un tazón de chocolate caliente y galletitas no son castigos.  Y  Boo  duerme plácidamente sobre la almohada con la pancita llena.


EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 4

 

Al amanecer

Despertó dando un gran bostezo, y perezosamente camina hacia la ventana abriendo las puertas de par en par.

Por qué todo tiene que ser tan brillante...los primeros rayos de sol se cuelan entre las ramas de las árboles y las gotas de rocío resplandecen como si fueran perlas trasparentes.

Hace una mueca y esboza lo que podría ser una sonrisa. Sus padres están bailando una antigua canción en la cocina, se pregunta si él algún día encontrará a esa persona especial a quien tanto amar.

Respira hondo, una vez se sintió enamorado.

El viento mece las copas de los árboles con fuerza y luego baja como una suave brisa, haciendo danzar a las flores silvestres. Los fuertes juncos se mecen e inclinan ante la presencia de un gato...

¡Un gato!?

Avanza directamente hacia el muchacho, con ese andar elegante, sin dejar de mirarlo con esos grandes ojos misteriosos que parecen hipnotizarlo.

Yunho pestañea, para pronto cerrar la ventana, y al voltear... el gato está sobre su cama.

¡Tú, como entraste!

El gato lo mira un breve instante, para luego comenzar a acicalarse las orejas y luego la pancita.

¡Vete!

Yunho abre la ventana para que salga. Pero el gato no está interesado en la histérica reacción del muchacho, le parece más entretenido jugar con el atrapa sueños.

Qué sucede. Por qué gritas pregunta el señor y señora Jung.

Yunho indica su cama...

Ambos se miran y sonríen—Es adorablemente tierno...

Yunho rueda los ojos

—Como se llama tu amiguito...

—Como voy a saber y no es mi amiguito.

—Entonces debes colocarle un hombre a tu nuevo amigo...

—Por qué haría eso, y, no seré amigo de un gato. Es ridículo.

Pues el gato ya te eligió, dijo el señor Jung, mientras el gato se acomoda en la almohada, listo y dispuesto a dormir.

Más tarde

Yunho mira al gato que sigue dormido en la mullida almohada. Hace una mueca—Puedes quedarte, de todos modos, yo, me iré. Dijo agarrando una mochila. Cuando bajó con sigilo las escaleras procurando no ser descubierto por sus padres, que están en la sala...se escuchó un gran maullido. Yunho sintió que los vellos de su piel se erizaron.

—¡Shh! cállate y no me sigas. 

 El gato lo mira, luego con indiferencia caminó maullando hacia la sala para jugar con los hilos de algodón que la señora Jung estaba tejiendo.

Travieso, dijo, enrollando un poco de hilo para que el gato juegue.

Ven aquí, hijo, vamos a jugar una partida de ajedrez, dijo el señor Jung, el muchacho hace una mueca—No se jugar ajedrez.

El señor Jung sonríe—Mejor así.

Yunho rueda los ojos., hace una mueca cuando el gato comienza a tironear las amarras de sus zapatos—Gato Bobo.

Sonríe de medio lado...

Ese es un buen nombre, dijo Yunho...Su padre sonríe y estuvo de acuerdo, pero la señora Jung alza una ceja—No se debe jugar con el carácter de las hadas, pueden ser muy dóciles y amables pero cuando se enojan...

Tu madre tiene razón, dijo carraspeando el señor Jung—No hagamos enojar a las hadas.

Yunho rueda los ojos, acaso sus padres creen en esas tontas historias  que cuentan  los aldeanos?

Gatos que son hadas, es totalmente ridículo.