ALMAS GEMELAS

En el centro del universo, allí en el punto exacto donde se encuentra el paraíso, miles de almas revolotean, multicolores y diversas formas.

Dios quiso dar un paseo por ese jardín, lo sigue un ángel, se detuvo a observarlas y se fijó en dos almitas en formas de mariposas, una rosada y la otra celeste, jugaban revoloteando al rededor de ellas mismas, se mezclaban y tiraban rayos que se entrelazaban. Dios extendió su mano y las tomó, mirándolas dijo al ángel—Hoy enviaremos algunas almas a la tierra.

Separó a las almitas que estaban con sus alas tomadas como si fueran manos, al separarlas agitaban sus alas como queriendo volver a juntarse. Dios alza las cejas, estas almas son esas que nacieron para estar juntas, almas gemelas. Pero, dijo el ángel, muy pocas almas se reencuentran en la tierra.

¡Lo sé!...dice Dios...¡Soy Dios!

Y la almita rosada fue enviada a la tierra.

Dos días después.

Dios volvió a pasear por el jardín de almas.

El almita celeste estaba quieta, sus alas caían ya no tiene energía. Dios la tomo en sus manos, le da un poco de su aliento y dice, ve almita, vuela en busca de tu otra mitad.

Y así ambas almitas nacieron en la tierra, en el mismo país, con dos días de diferencia y en pueblos distintos.

Ambas almitas nacieron varoncitos.

El alma celeste fue llamado Yunho, por sus padres.

El alma rosada fue llamado Jaejoong.

Los años fueron pasando.

Ambos chicos hicieron una vida normal con alegrías y penas, tuvieron romances, se sintieron enamorados, experimentaron sus primeras decepciones amorosas, fueron al colegio, se graduaron y empezaron a trabajar, pero algo muy dentro de ellos les gritaba sin voz. Un sentimiento una sensación.

En ocasiones, Yunho se queda largas horas mirando el cielo, no se explica su fascinación.

"Te amo, siempre creo haberte amado, desde los albores del tiempo, fui recorriendo inmensidades y muchas veces me quedé en silencio para encontrar un aroma, una señal de tu presencia, aunque fuera en el recuerdo, te amo y se que no estás presente, se que te has ido y yo no sé donde. el tiempo es amigo pero a veces parece enemigo del corazón..."

A su vez Jaejoong siente la tibieza de un amor que se perdió en algún lugar.

"Espérame en la tarde, cuando el sol brille en rojo vendré, y estaremos juntos a pesar de las grandes distancias y a pesar del duro aprendizaje por los que debemos pasar. Espérame yo volveré..."

Una tarde cualquiera, cuando el sol comienza a descender y cuando sus rayos se tornan rojizos...

Ambos chicos visitan la ciudad, es un ir y venir, automóviles...el bullicio de la gente...

Yunho se encuentra, junto a otra multitud esperando que la luz del semáforo cambie.

A su vez jaejoong está al otro extremo, esperando también el cambio de luz.

La luz cambia y todos empiezan a caminar, Yunho se pierde entre tanta gente... Jaejoong pasa por su lado... Ambos prosiguen su camino...Pero...¡Alto!... el corazón esta avisando, Yunho mira hacia el cielo, Jaejoong toca su pecho.

Detienen su andar, giran para mirar hacia atrás... Todo a su alrededor pareció quedar detenido, todo se ve en blanco y negro...solo ellos dos transmiten esos rayos de luz por ellos, interiormente, conocidos. Se miran, avanzan...sonríen...Se encuentran. Yunho toma las manos de Jaejoong, dice, te estuve esperando toda mi vida...Jaejoong responde, regresé a ti.

"Y al fin llegó al atardecer este amor,

que aun no puedo creer...

cuando se perdió la fe...

y dejaba de creer...

me dí vuelta y te encontré...

cuando la desilusión

me rondaba el corazón...

me di vuelta y te encontré..."

FIN

( Poema de Bae y Mixa, "Dos almas gemelas) y Canción "Te encontré" de Leonel García)