"Encontré un amor, para mi...encontré un chico, hermoso y dulce. Nunca supe que era ese alguien esperado por mi...Porque éramos sólo niños cuando nos enamoramos..."
Hubo una boda en el pueblo.
Los niños corren por la plaza jugando con los globos que el viento se encargó de soltar. Algunas familias optan por hacer la fiesta en la plaza y así todo el pueblo participa y coopera. Los más pequeños roban los dulces de las bandejas. Otros juegan a las escondidas debajo de las mesas. El caballero y el querubín han hecho de una de ellas su escondite, ríen cuando una de las señoras mayores atrapa de la oreja a Chunnie. Susu ríe escondido debajo de otra mesa.
Yunho levanta un costado del mantel, divisó una bandeja con una variedad de delicias, mira al querubín–espera aquí, iré por el tesoro, –ten cuidado, dice el ángel. El caballero no teme enfrentarse a la señora de cabello alborotado, indica, no temo a medusa, Jaejoong abre los ojos–medusa? –así es, nunca, pero nunca debes mirarla a los ojos –por qué? –te puedes convertir en piedra –¡oh! –es muy peligroso, pero por ti iré por esa bandeja que contiene la ambrosía –¡ohh! –así es, espera aquí.
El ágil caballero camina sigiloso, ocultándose de los peligros a su paso...la señora medusa está distraída persiguiendo a Chunnie quien ha vuelto a sus fechorías, oportunidad que el caballero no puede desaprovechar, pero cuando está por alcanzar el tesoro, una mano agarra su oreja –¡señora medusa!
–¡Que has dicho mocoso!?
Chunnie ríe.
Tenía a dos bribones atrapados, pero escapan cuando los novios salen de la iglesia. La feliz pareja de recién casados bajan los escalones.
Todos los invitados, los siguen hasta el centro de la plaza. La música comienza a escucharse.
La pareja baila el tradicional vals, luego, todas las solteras a un costado tratando de atrapar el ramo de la novia y la promesa de ser las próximas en atrapar a algún despistado marido. La novia arroja el ramo y como en una película en cámara lenta, todos miran hacia arriba, y ven como el ramo pasa por sobre sus cabezas.
Ninguna vio donde cayó.
Más tarde
El caballero encontró el ramo debajo de una mesa, se lo entregó al querubín.
Toda la inocencia y belleza coloreaba sus mejillas.
El tiempo pasa de prisa cuando están juntos, y, demasiado lento cuando no se pueden ver.
Todas las mañanas Yunho corre a la escuela y aunque sus calificaciones no han mejorado, su asistencia si, pero de todos modos los profesores lo regañan, nunca está atento, ahora no mira hacia la ventana, mira un puesto más atrás, se lleva todo el tiempo molestando a su compañero, había dicho un profesor a la señora Jung. La verdad es que no molestaba a su compañero, más bien lo admiraba. Nadie, excepto sus dos amigos, saben de la devoción del caballero por el querubín.
Algunos días después
La campaña política terminó y también las elecciones...luego del cómputo final. Hubo indudablemente un ganador.
Y esa mañana.
El querubín baja las escaleras, escucha murmullos de la servidumbre...camina hacia el despacho. Allí el señor Kim permanece sentado mirando el jardín, más bien el invernadero.
–Papá, estás triste?
El hombre mayor respira hondo–digamos que mi orgullo está algo dolido. Jaejoong se sienta a su lado–El señor Jung ya no será nuestro jardinero?
–Ya no.
–Entonces quien cuidará nuestro jardín?...ahora serás jardinero?
Su padre ríe–no creo tener esa habilidad.
El querubín se entristece y si el jardín se marchita?
–No te preocupes, encontraré a alguien que se ocupe, mientras tanto...te parece si lo cuidamos juntos.
–¡Genial!
–Por donde comenzamos.
El querubín se quedó en silencio., su padre abrió un cajón del escritorio y sacó unas llaves muy grandes –Empezaremos por el invernadero.
Jaejoong está feliz y entusiasmado.
Entonces padre e hijo, quitaron algo de maleza, hacen surcos para el agua, y sembraron algunas semillas, ambos dudan si algo florecerá. Se encojen de hombros y ríen.
En la tarde
En la plaza hubo celebraciones, música y cánticos...La señora Jung actúa como si fuera la primera Dama de la nación, mientras el señor Jung da un estudiado discurso.
La música dejó de sonar cuando el carruaje del señor Kim llegó a la plaza. Los curiosos suponen que habrá algún altercado.
Pero el señor Kim fue correcto y educado en todo momento. Saludó y felicitó al nuevo gobernador, hablaron algunos temas para luego a la mansión.
Ordenó hacer su equipaje.
Jaejoong hace un puchero.
Se que te prometí cuidar juntos el jardín, dice el señor Kim, pero su excelencia me envió un mensaje, tengo que ir a la corte, te prometo que volveré pronto y quizás la próxima vez, te lleve conmigo.
En los días siguientes, la familia Jung hizo posesión de una casa más grande, en el centro del pueblo. Si bien la nueva habitación de Yunho es más amplia, no puede ver el valle ni la colina desde la ventana...por eso su corazón extraña ver el amanecer y con ello la ilusión de correr por el sendero mágico y encontrarse con el ángel en las primeras horas del día. Por eso se tumba en el pasto después de salir de clases, cierra los ojos y escucha la respiración del querubín a su lado. Pero un sollozo lo saca de su ensoñación...el ángel llora.
Que sucede, te duele la barriguita? tienes hambre?, dime mi brillante ángel y yo iré, incluso derribaré al minotauro que habita la planicie más allá (indica)
El querubín no sabe expresar aquel sentimiento de tristeza, Yunho se sentó a su lado y le pareció que su piel estaba más blanca que otros días. Supongo, pensó, que la piel de los ángeles es así de pálida.
Tres meses después.
La familia Jung tuvo invitados a cenar, el alcalde, su esposa e hija., dos años mayor que Yunho.
La señora Jung actúa como si siempre hubiera sido una dama de la alta sociedad, a veces exagera, el señor Jung carraspea. Yunho está incómodo con esa ropa que su madre compró, se siente disfrazado de señorito, la niña lo mira y sonríe, Yunho se sonroja, lo cual su madre ve con mucho agrado.
Después de cenar, los mayores bebieron una copa de licor, mientras los más jóvenes, dijo la señora Jung, van a jugar al jardín.
–Yo te he visto en la escuela.
Había un columpio en el patio, ella se sienta y vuelve a mirar a Yunho, que se sentó en el pasto, desojando algunos tréboles, como examinando cada gesto –Siempre estás persiguiendo a ese niño bonito. En la escuela comienzan a rumorear.
Yunho se puso de pie de un salto
–¡Que comentan!.
La niña ríe, cálmate, solo bromeaba.
La señora Jung que a ratos los vigila por la ventana, está de lo más contenta.
La esposa del alcalde tiene mejillas redondas y coloradas, ríe de forma chillona, y como la señora Jung, exagera en sus modales, casi todo el tiempo mirando sobre el hombro.
Anne, le acercó una bandeja.
–Estos bocadillos están exquisitos (habla a la señora Jung)–Querida, préstame a tu sirvienta, tendré una reunión, a la cual estás invitada, y necesito alguien que cocina así de delicioso.
La señora Jung no se molestó en aclarar la situación, tampoco dio tiempo a su esposo para aclarar aquel detalle. Ni la misma Anne se molestó, pensaba marcharse pronto.
Antes de irse, la niña dice a Yunho...
–No te preocupes, tu secreto está seguro conmigo. Además mañana vuelvo a la capital y de ahí viajaré a París.
–He?
Ella suspira–Los amores prohibidos son tan románticos.
El señor Jung alza una ceja–de que amor prohibido hablan.
La señora Jung ríe, le da un codazo y le habla bajo–seguro jugaban al papá y a la mamá (risita), el señor Jung revuelve el cabello de su hijo–travieso.
La señora Jung no quiso ser menos, abrazando a la esposa del alcalde–Nosotros también viajaremos pronto, quizás nos veamos en alguna calle Parisina (ríe con exageración).
Otro día, otro momento.
Sucedió una tarde, mientras los niños de la escuela jugaban fútbol, por un lado estaba Yunho, Chunnie y otros niños...el equipo contrario lo formaban el querubín, Susu y otros niños. Por supuesto que el caballero dejaba el campo libre para que el ángel corriera desplegara sus alas y metiera un gol, era tan lindo verlo reír, y en vez de celebrar con su equipo volaba a los brazos de su caballero. Por supuesto de los niños del equipo de Yunho se molestaron y arremetieron contra el equipo de Susu.
Se formó una batalla campal.
Chunnie daba aletazos a diestra y siniestra, mientras Susu lo usa como escudo...El caballero se encargó de proteger al querubín, quien también lanzó algún puñetazo, pero, le dio al niño equivocado...Yunho se soba la mandíbula.
Hubo muchas rodillas y codos raspillados, camisas rasgadas y más de un ojo morado.
Al querubín le dio mucha risa ver a sus amigos en esas condiciones, era su primera pelea...también le pegó a alguien aunque ese alguien fuera Yunho. Luego comienza a llorar, su pantalón se había roto y su rodilla tenía rastros de sangre. El caballero toma un pañuelo y limpia la zona, solo es un rasguño, dice. Pero me duele, decía el querubín sollozando. Yunho sonríe, te sentirás mejor...entonces sopló la pequeña e imperceptible herida, para que el querubín se sienta mejor.
El nuevo gobernador llegó de improviso a la escuela, quería presumir. Se bajó de un carruaje, no era nuevo, pero para empezar era perfecto. Fue cuando ve a su hijo, en una situación, para su entendimiento, vergonzosa.
Su mente le trae el recuerdo de aquella ocasión, cuando los vio dormidos. Su único hijo varón, siendo tan atento con otro niño. Y si lo piensa detenidamente, en los últimas semanas, Kim Jaejoong siempre está merodeando al lado de su hijo. Ya los había visto en otras ocasiones, correr tomados de las manos. En el cumpleaños de Chunnie y Susu, siempre juntos, incluso, no quiso invitar a ningún amigo de la escuela para su propio cumpleaños, prefirió ir a la colina...y fue el único, con Chunnie y Susu invitado al cumpleaños del señorito de la mansión...situaciones que pasó por alto. Hace una mueca y su frente se arrugó., Acaso ese es el amor prohibido del que hablaban la otra noche? Imposible, ese niño delicado es culpable, se aprovecha de su apariencia, para confundir a su hijo, si, eso debe ser. Caminó a grandes zancadas, fue cuando el director sale a su encuentro evitando así un desatino del señor Jung.
En la noche...
–¡Tienes prohibido ver a ese niño!
–¡Por qué!
–¡Mira como me contestas!
...
–Lo siento, señor, pero no entiendo, es mi amigo (la luz de mis ojos y la sonrisa de mis mañanas)
–No tienes que entender nada, haz lo que te ordeno y no quiero más reclamos.
Anne le hace ver lo exagerado de su actitud, pero el señor Jung y su esposa, son llevados a sus ideas.
En el cuarto
–Quizás estoy exagerando, pero no quiero ver a mi hijo tan cercano a ese niño, tan delicado.
–De todos modos, debemos ser precavidos, esos niños ricos heredan las costumbres de sus padres, ya sabes, esos ricos excéntricos, no sabemos que malas costumbres tengan.
–Tienes razón...esperaré un tiempo, si la conducta de Yunho persiste, lo enviaré a estudiar a la ciudad.
–Pero no tenemos parientes en la capital, que hará solo.
–Para eso existen los internados.
–Nuestro hijo es inocente, le brinda su amistad y ese niño es el confundido, no mi Yunho.
–Pienso lo mismo, por eso es mejor alejarlo.
–En ese caso, lo enviaremos a la mejor escuela privada.
Anne habla con su sobrino, lo toma de los brazos–Lo que te pediré tal vez no lo puedas comprender, ahora, pero es por tu bien. Debes dejar de ver al señorito Jaejoong.
Yunho se aleja–Por qué...pensé que él te agradaba.
–Me agrada y siento cariño por él, pero ante todo estás tú.
–No te entiendo, por qué me dices esas cosas.
–Te enviarán lejos, si sigues viendo a ese niño.
Yunho no contesta, no quiere hablar ni ver a nadie, solo una persona está en sus pensamientos y, no permitirá que nada ni nadie lo alejen de su lado.
Por sus actividades políticas, el señor Jung no tiene tiempo para ocuparse de vigilar a Yunho y la señora Jung pasa de actividad en actividad con las otras damas de sociedad, salía a jugar bridge, bordar manteles para la iglesia. Por lo cual Yunho podía salir sin tanta dificultad.
Hace algún tiempo, habían convertido la casa abandonada en un refugio y su hogar. El padre de Chunnie tenía una tienda, de la cual desaparecieron algunas cortinas. También mercadería, exclusivamente galletas y refrescos.
La tecnología había llegado al pueblo, fue así como la tienda tuvo el primer teléfono, toda una novedad para los habitantes.
Una tarde, la señora Jung llamó a su esposo que se encontraba en la ciudad.
Chunnie que merodeaba el mesón y los frascos de dulces, escuchó lo que decía la madre de Yunho. Se quedó mudo tratando de no hacer ruido. Luego cuando ya no habían moros en la costa ni gigantes babosos, corrió a la casa de Susu, luego ambos corren a la colina. Allí el caballero está embelesado escuchando el canto de un ángel. La voz de Jaejoong tiene la capacidad de acariciar su alma.
Chunnie y Susu interrumpieron el canto angelical, lo cual provocó la furia del caballero, alza su espada y exclamó...
–¡Quien se atreve a interrumpir mi descanso!.
El querubín ríe.
–Tu padre, el señor Jung, volverá y te llevará lejos, eso escuché. Dijo Chunnie casi sin respirar.
El querubín sintió que todo daba vueltas a su alrededor, sus alas cayeron. No puede detener sus lágrimas. Susu regaña a Chunnie, debió tener más tacto, dos personas que se aman no pueden ser separadas. Aunque sean solo niños.
El caballero mantiene entre sus brazos al querubín, que sigue llorando, aunque ahora son sollozos ahogados.
–Nunca te dejaré.
–Lo prometes?
–Un caballero siempre cumple sus promesas. Debo pensar que haré.
Chunnie–Y si huyen?
Yunho–Escapar es una buena idea, pero, donde iremos...
...
Susu sonríe–Tengo una idea genial, no tendrán que escapar.
Todos lo miran con curiosidad.
–No se preocupen, Chunnie y yo nos encargaremos de todo.
Susu estaba convencido que era una gran idea.
CONTINUARÁ...