viernes, 9 de julio de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 7

 


Después de aquel mágico encuentro, Yunho siente que camina sobre los tréboles sin llegar a tocarlos, flotando mientras su corazón todavía no encuentra la calma., agitándose en cada mirada.

Su mano, el suave toque de sus dedos hizo que miles de corrientes eléctricas recorrieran su cuerpo, cosquillas de colores. No mires a nadie más que a mi, parecieron decir sus labios entreabiertos. No fue necesario hablar, el idioma de los sentimientos lo dijo todo., en un silencioso palpitar.

Yunho no puede dejar de mirarlo, de reojo ya que sus mejillas arden como aquella vez que tuvo fiebre, pero esta vez el calor nace en su corazón.  Es agradable.

El muchacho habla, Yunho solo puede ver la coqueta manera de mover los labios.

Corrieron por el bosque, sonrisas que se vuelven melodías, caminos que se abren dejando senderos mágicos.

Ya comienza a atardecer y el muchacho debe marcharse. 

Te volveré a ver? pregunta Yunho evitando parecer ansioso. El bello muchacho sonríe, yo siempre estoy contigo, contestó.

Yunho no entendió pero, quien quiere entender cuando todo es una sinfonía.

El bello muchacho se marchó, Yoochun, Junsu  y Chagmin lo siguen...al pasar por el lado de Yunho lo miran de reojo, Yunho hace una mueca.


Caminó de regreso a la vieja casona, pensando y no estando seguro si fue real o un sueño. Es decir, sabe que fue real, pero una realidad tan hermosa como el mejor de los sueños. Yunho, subio a su  cuarto, no se detuvo a cenar...el señor y señora Jung no quisieron borrar tan graciosa sonrisa de su rostro con preguntas.

Se quitó la chaqueta y tumbó sobre la cama...sonríe, luego miró la almohada, Boo no ha regresado.

En la noche...

Escuchó ruidos en el ático, y como no puede conciliar el sueño subió, de seguro es Boo, abrió los ojos por la curiosidad que sintió al ver moverse las luces de los árboles y bajar lentamente con una sutil danza que lo hipnotiza y hace dormir.

Cosa curiosa, soñó con el bello muchacho y con su gato.

A la mañana siguiente se sintió conmovido por algo que no logra descubrir. Sonrió, Boo duerme plácidamente sobre la almohada.

Son tantas emociones enfocadas en una sola persona., sintió la necesidad de hablarlo, pero con quien? no son cosas que pueda decirlas a sus padres, sus amigos están lejos, así que decidió escribir aunque nunca fue cursi.

Los latidos de mi corazón  quieren escaparse de mi pecho, como el riachuelo parece entonar una canción, un suspiro oculto de algún muchachito enamorado, allá lejos en la próxima estación.  Que extraña sensación, no creo haberla sentido antes, no de esta manera.

Esboza una sonrisa nerviosa, es lo más tonto y cursi que ha escrito en su vida., inmediatamente arrugó el papel y tiró a la basura.

A la hora del desayuno

El señor y señora Jung se sentaron frente a su hijo, la noticia que deben darle tal vez ponga de muy mal humor a Yunho.

Nos quedaremos más tiempo de lo acordado, por lo cual...asistirás a la escuela del pueblo, dijeron esperando una exagerada reacción por parte de su hijo.

Largo momento de silencio hasta que Yunho se encogió de hombros—Para mi está bien.

Tanto el señor como la señora Jung se miraron perplejos, esperaban a lo menos un buen berrinche.


Fue así como cada mañana, el muchacho lleno de energía y entusiasmo baja las escaleras, toma a medias un vaso de leche  y sale corriendo con una tostada en la boca. 


Todo el valle resplandece...Un nuevo color, un nuevo aroma. El riachuelo susurra un canto diferente. 

Escuchó risas de niños que corren a la escuela, su corazón se agitó...una enredadera traviesa lo hizo caer entre un montón de amapolas amarillas. Se levantó molesto sacudiendo su pantalón...fue cuando sus mejillas se tiñeron con tonos rojizos.

Yunho sonríe bobamente, mientras camina detrás de un muchacho, dueño de sus pensamientos, de nombre Jaejoong.

Recuerda aquel día cuando apareció en el bosque, caminando sutilmente, casi etereo, llevaba una corona de manzanillas sobre el cabello  y su aura resplandecía...estuvieron sentados en el anden de aquella vieja estación en medio del bosque, permanecieron en silencio, a ratos Jaejoong mira el cielo y los alrededores, como si estuviera alerta de algo. Yunho solo puede verlo a él. 

Y así sin palabras,  sintiendo el mudo sonido de los sentimientos, los lazos afectivos se van tejiendo con  suaves hilos invisibles, pero fuertes como cadenas.


Sucedió por un breve segundo, que por la mente de Yunho se cruzó la imagen de su gato Boo al momento de admirar la belleza de Jaejoong. 

Se sonroja una vez más, seguro es tan suavecito como Boo., piensa mientras comienza a sonreir bobamente.

Jaejoong se acerca tanto que Yunho teme pueda sentir los latidos de su corazón, su boca está seca.

Dime, qué piensas?

Yo, yo  (solo pudo balbucear)

Jaejoong se acercó un poco más—Me veo en tus ojos.

Yunho se atora.

Sabes lo que quiere decir? preguntó el muchacho, Yunho siente los latidos de su corazón palpitar en sus oídos.

—Significa que, yo, vivo allí (dice tocando levemente el pecho del atolondrado Yunho. 


Del muchacho mal humorado no queda nada...es más, sus antiguos recuerdos de la ciudad se fueron desvaneciendo y cosa curiosa...olvidó el motivo de su frustración. Aquel motivo que permanece dormido en una sala de hospital.

Y el tiempo pasó tan rápido como un suspiro.

Tiempo suficiente para sanar algunas heridas, tiempo suficiente para olvidar y para recordar. Hilos que se enredan enmarañados buscando  una salida.

Y mientras la amistad de Yunho y Jaejoong se fortalece, Changmin tiene sus reparos, los mira con el ceño fruncido, Yoochun palmotea su hombre, no te preocupes le dice. Junsu con su característica espontaneidad—Todo está bien., él no dejará que nada malo suceda.

Changmin hace una mueca, de todos modos no los perderá de vista.


Yunho  voltea a ratos a ver a los tres chicos que los siguen.

Qué les pasa, preguntó.

Me protegen, fue lo que contestó Jaejoong

Dé qué...de mi?


Jaejoong ríe—Son unos hermanos celosos.,  ya que tu tienes toda mi atención.

Yunho sonrió bobamente., quiso entablar una conversación madura, pero a los quince años no se puede ser maduro cuando todos las ideas están revueltas y solo puedes sentir mariposas haciendo cosquillas en el vientre.


En la escuela, Yunho se empecinó en demostrar sus aptitudes deportivas, pero, siempre es derribado por Changmin., quien ante la severa mirada de Jaejoong, vuelve ronroneando como un gatito a su lado.



Mientras


En un hospital  de la ciudad.


Un muchacho, que estuvo meses dormido ha despertado...confundido y apestado por el olor de las medicinas, ha permanecido desde entonces con la mirada pegada al techo, sonriendo , gesto de locura...A la misma hora, todas las noches un enfermero entra al cuarto, le da de beber agua con una pastilla, y al comprobar que se duerme, sale.

Pero el muchacho finge, luego escupe la pastilla  y espera que la noche oscurezca el día.  


Una mañana

¡Yunho! gritaba Junsu...el muchacho se asoma por la ventana del ático...Junsu agita sus manos cuando lo ve asomarse todo despeinado y con cara de pocos amigos,  vuelve a reír y le muestra una cesa—Quieres ir a buscar frutos del bosque?

Yunho hace una mueca, frutos del bosque?

Junsu sonriendo,  mi abuela prepara la mejor de las mermeladas. dijo con orgullo.

La señora Jung también se asoma por la ventana  de la cocina, sonríe.

Vienes o no, volvió a preguntar Junsu...Yunho se rasca la cabeza.

—Como quieras, iré solo con Jaejoong.

En un dos por tres Yunho está preparado agarra la cesta y camina hacia el bosque, Junsu ríe.


La señora Jung dejó de sonreír, ese nombre...no logra recordar de donde lo escuchó, le pregunta a su esposo...Recuerdas como se llamaba el nieto de "esa" anciana? El señor Jung hace intentos por recordar—Qué curioso, tengo buena memoria, nunca olvido los detalles...pero no logro recordar el nombre de su nieto.

Al ver la expresión de preocupación de su esposa, la abraza—De qué te preocupas...eso sucedió hace muchos años, y ya sabes que a la gente del pueblo le gusta inventar historias. Crecimos escuchándolas, tanto que, creímos eran reales.

Ella respira hondo, tienes razón, éramos tan niños en aquel tiempo.

Lo maravilloso de las historias, encantadoras y mágicas...es que también guardan un lado oscuro. Pero son solo historias.

Historias que se convierten en leyendas y las leyendas en mito. Aunque ningún mito deja de tener una leyenda verdadera.



CONTINUARÁ

Pronto.

domingo, 2 de mayo de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 6

Desde aquella noche no ha vuelto al bosque.

Una mañana

Yunho, se quedó un rato más en la cama. Mientras el gato, después de su rutina de belleza,  da  algunas vueltas en el mismo sitio para finalmente acomodarse y seguir durmiendo en la almohada.

Mirando el techo y las formas abstractas de las vigas—También lo viste, verdad Boo? El gato mueve las orejitas...

Las puertas de la ventana se abrieron, dejando entrar una fuerte brisa que atrajo con ellas pequeñas flores de manzanilla. Algunas cayeron sobre la cabeza de Boo, haciendo que el gato se viera realmente adorable. Su ronroneo  hace que Yunho poco a poco se vuelva a dormir y sueñe con un sendero de faroles colgados de los árboles, mantos de tréboles de cuatro hojas y la hermosa presencia de aquel muchacho, que  emerge entre neblinas. 

El canturreo de su madre lo despertó.

Más tarde

Sentado en un escalón a la entrada de la casona...mira el valle, a veces, todo se queda en silencio por algunos segundos, entonces puede escuchar una lejana melodía. Luego todo el valle parece cantar. A la vez los sonidos que hace el viento cuando mece las copas de los árboles y el ruido melodioso del riachuelo. La risa de algunos muchachos y el maullido de gatos. Alza las cejas y se pone de pie...sube a una pirca de piedras para ver más lejos. Solo ve pasar la brisa arrastrándose entre la hierba. Como susurrando un secreto a los seres más pequeños.



Estaba tumbado en la cama cuando escuchó ruidos en el ático. Lo más probable es que sea el gato Boo. Subió a ver, pero no estaba...de todos modos se acercó a la ventana y miró el valle. Se quedó mirando el gigantesco árbol que parece llamarlo con sus ramas que se mueven con el viento.

Aun somnoliento camina hacia el mercado, la pereza de Boo es contagiosa, dice bostezando. Cada paso, es para Yunho un lugar más pintoresco que el anterior. Luego de haber comprado las especias que su madre le anotó en un papel, caminó hacia la pequeña plaza del pueblo. Nota las miradas de los pueblerinos, supone que el chico nuevo es novedad. Vio a la anciana de la otra vez, rodeada de niños, les contaba una historia. Yunho se acerca lo suficiente para poder escuchar.

—Cuenta la leyenda, que en noches sin luna...sale un espíritu malvado a recoger las almas de los niños y jóvenes desobedientes...se los lleva al interior del bosque, nunca regresaron...en su lugar, aparecieron cientos de gatos. Algunos niños regresan, después de tomar el alma de otro...un cambio justo. Por eso niños, sean obedientes.

Algunos niños corren a abrazar a sus padres, sollozando, otros más divertidos imitan el maullido de gatos. 

La anciana sonríe, veo que tendremos muchos gatitos esta temporada.

Yunho, hace una mueca—Que clase de historia es esa.

La anciana lo mira y se acerca, sonríe mostrando sus encías—Ya te encontró?

Yunho retrocede, camina de regreso...más bien corre.

Dejando el encargo de su madre en la cocina—Esa anciana loca, me da escalofríos.

Su madre respira hondo, sabe bien de quien habla, años atrás, esa anciana, perdió a su nieto, cuando este molesto corrió hacia el bosque. Ella cree que el espíritu de su nieto está atrapado. Pobre mujer, dice, perdió la razón.

En ese momento el señor Jung entra a la casona por un refrescante jugo de naranjas, para luego tomar del brazo a su esposa, sintonizar en la radio los recuerdos  y bailar. Yunho rueda los ojos, cuando sus padres están en plan amoroso, es mejor alejarse.

El sol está  en su auge y sin embargo es como si los rayos cayeran tibios, y la brisa arremolinada hace bailar a las amapolas que crecen en abundancia a las orillas del camino, amarillas, rojas y anaranjadas.

Yunho bosteza, decidió explorar los alrededores. 

El muchacho tiene el presentimiento que alguien lo sigue...se detiene, mira hacia atrás, no ve nada...se encoje de hombros, sigue el rumbo de piedras de colores, pero otra vez esa sensación...vuelve a detenerse y voltea...Respira hondo, algo se mueve entre los mantos de amapolas, Yunho se acerca despacio, un paso, dos pasos. Cayó sentado cuando Boo salta contra su pecho. Se quedó tumbado en el tierno pasto, controlando su respiración, Boo se quedó quieto a su lado—Me diste un gran susto, dijo Yunho, acariciando las orejitas pequeñas de su gato.

El ronroneo de Boo es tan sereno. 

Los lazos se van tejiendo. 

La brisa trae el aroma de pinos del bosque. 

Yunho respira hondo, siente una leve sensación en su pecho...tiene la seguridad que algo soñó, pero ya no lo recuerda.

De pronto entre todo lo reluciente y colorido del valle, se cierne una oscuridad pasajera. Boo está alerta.

Yunho mira el cielo, que extraño, murmura. 

Boo se puso a maullar, tan fuerte que todo el bosque pareció detenerse para escucharlo. El gigantesco árbol dejó de mover sus ramas por algunos segundos. Hasta que el viento regresó y bajó susurrando un nuevo secreto entre brisas por los campos de flores. Incluso los cánticos del riachuelo habían cesado.

Oye te duele la pancita? pregunta el muchacho. Alza una ceja—Eso te pasa por ser glotón, Boo.

El gato corrió en dirección al bosque, a ratos voltea a mirar a Yunho.

Maúlla.

Yunho respira hondo, y, lo siguió.

Al rato

¡Boo! donde estás...te perderás y yo también. Gato loco ¡ven aquí!

Se quedó quieto mirando todo al rededor, realmente fascinante, como la mejor fotografía...los colores tan brillantes y limpios...Debió haber traído su máquina fotográfica, es vieja pero aún sirve. Lo vintage está de moda, diría su madre. 

Ve cuatro senderos exactamente iguales...creo que estoy perdido. Donde rayos está el norte, dice refunfuñando.

Escucha un maullido, pensó que su gato había regresado—Espero que sepas el camino de regreso. 

Dio un paso, y...

Agáchate, dijo un joven que estaba aparragado oculto entre el follaje del bosque, Yunho iba decir algo, pero otro chico más alto lo agarra del brazo—Agáchate y no digas nada.

Yunho frunció el ceño y miró hacia el cielo como lo hacen los otros chicos, hace una mueca, solo vio una nube negra que pronto desapareció.


Después todo volvió a la normalidad.

Disculpa nuestros modales, dijo uno de los muchachos, soy Junsu, el muchacho alto es Changmin (baja la voz) le gusta pelearse en los tejados (carraspea) el de allá es Yoochun.

Todos dicen ¡Hola!, de manera encantadora, Yunho alza una ceja, ya había visto a dos de ellos, la otra vez en el pueblo.

Respira hondo—Que fue todo esto...de que se ocultaban, mi gato también se asustó, yo solo vi una nube negra., lo cual es extraño...es un día soleado.

Verás, dijo Junsu, indicando el cielo—No es cualquier nube, es un espíritu maligno que se lleva las almas de los niños y jóvenes amargados.

Yunho hace una mueca—Me quieren tomar el pelo, verdad?

Yoochun—Es una historia que se ha contado de generación en generación, es común ver a los niños desobedientes escapar de la nube negra, los padres mantienen así, quietos a sus hijos. Para algunos es un cuento, para otros...

Changmin—Es el espíritu del mal, que se lleva a los jovencitos desobedientes, extrayendo toda su alma y así ser más fuerte.

Yunho hace una mueca—Al parecer todos están locos en este pueblo al igual que la anciana.

En ese momento sintió un latido de su corazón, acelerarse...fue extraño. Como si el aroma más dulce golpeara su alma.

Yunho voltea...

Sintió que todo su cuerpo se desplomó pesadamente para luego sentirse liviano como una pluma. Fue como si sus pies tuvieran alas, sintió que podía tocar el cielo...Yunho se sonrojó y ninguna palabra lograba reunir,  se vienen a su mente letras sueltas y corazones titilantes. 

Un bello muchacho con una corona de manzanillas sobre su dorado cabello, llegó caminando sobre pequeñas flores de color violeta.

Yunho balbucea...

El muchacho sonríe y con ello todo pareció ser aún más brillante, y, sintió que el bosque tiene otro aroma, otro color...mira hacia el cielo, ve entre las ramas de los árboles, destellos de luz dorada.



CONTINUARÁ...

sábado, 3 de abril de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 5

 Yunho hace muecas, mirando al gato y este entre indiferente y perezoso, bosteza y se acomoda en la almohada...su lugar favorito de toda la casa. Al parecer todo lo que tenga el aroma de Yunho es para el gato, su lugar favorito.


Y ya pensaste en un nombre? preguntó la señora Jung.

Yunho se tumba sobre la alfombra, respira hondo—No tengo tiempo para pensar en un nombre para gato.

Y que es eso que tanto demanda tu tiempo? preguntó la señora Jung con tono, algo, irónico.

El muchacho respira hondo, debe encontrar la manera de escapar. Aunque muy, pero muy interiormente esa idea se va evaporando como el vaho de la tetera que empieza a sonar.

Entonces, ya pensaste en un nombre? preguntó el señor Jung.

Yunho se encoje de hombros mientras ve al gato jugar, corriendo por el pasillo persiguiendo una polilla...para distraerse después con una mariposa que persigue por el campo. Da saltitos tratando de atraparla...Yunho pestañeó cuando la mariposa se posó sobre la pequeña y rosadita nariz del gato.



Gato Bobo, dice, sonríe, ese es realmente un buen nombre.


El gato lo mira y maúlla.


—Creo que te queda bien, Bobo.

Yunho sintió que toda su piel se encoleriza, ni se atreve a respirar...el gato atrapó su pie desnudo, luciendo sus pequeñas pero afiladas garritas.

Quise decir, lindo gatito...Boo, si ese es un buen nombre, te gusta verdad? Boo.

Y de pronto toda la naturaleza que los rodea parece celebrar, los trinos de los pájaros melodiosos, la brisa que mueve los juncos y cerezos en flor. Las ondinas del riachuelo parecen cantar.


Entre la crecida hierba y florecillas lilas, comienzan a aparecer otros gatos.

El gato, Boo, maúlla y corre con ellos en dirección al bosque.


Yunho hizo una mueca, gato tonto, dijo y se acomodó en la hamaca que su padre hizo entre dos naranjos del patio. 

Ya han pasado algunas horas y si bien la tarde es agradable y la brisa es como una caricia, está inquieto.


Salió a caminar por los alrededores, explorando los lugares que no conoce todavía, se subió a pircas de piedra, atravesó puentes. Llegó al faldeo de un cerro y se sorprendió cuando vio unos bien construídos escalones, por lo cual pudo llegar a la cima que está cubierto de flores amarillas, blancas, azules y aromáticas. Desde allí puede ver el pueblo, se ven como casas de juguetes. Ya comenzaba a atardecer, las pequeñas casitas al lado de las más grandes, parecen faroles iluminados.

Es como esas portales que se ven en las revistas navideñas, pero sin nieve.

Escuchó el sonido de un tren, que pasó perdiendose entre el bosque dejando una estela de humo blanco con chispitas de colores.

Decidió regresar, seguro el gato bobo ya regresó.

Después de cenar subió al cuarto. Bosteza, miró la almohada, Boo no ha regresado, respira hondo, los gatos tienen siete vidas...seguro está bien.

Pero...

No puede dormirse.

Respiró profundamente cuando va camino hacia el bosque. Debo ser muy tonto, se dice...dio gracias a que la luna está llena iluminando el valle.

Un intenso ruido a su espalda lo hizo correr adentrándose en el bosque, corría y corría sin mirar hacia atrás, hasta que cayó sentado en un montón de otoñales hojas. Escuchó unas risitas, frunció el ceño ¡Quien está ahí!


Dos gatos salieron entre las ramas...


Yunho hizo una mueca, respirando hondo para calmar los latidos de su corazón—Supongo que conocen a mi gato, se llama Boo, lo han visto?


...


¡Pero que rayos estoy haciendo! se regaña.



Yunho se pone de pie sacudiendo las hojas pegadas a su pantalón. Siguió caminando en dirección donde se fueron esos gatos, seguro Boo debe estar por ahí cerca. Miró el sendero despejado, alzó una ceja...faroles que cuelgan de los árboles?. No se detuvo a pensar que es extraño. Divisó a su gato correr, lo siguió, adentrandose más en el bosque y así llegó a una estación de trenes, aparentemente abandonada.

¡Boo! vuelve aquí...

Hace una mueca, ahora debe correr detrás de su gato., que se interna más en el bosque.


Se quedó quieto cuando vio a un muchacho, sentado en un banco en medio de un manto de tréboles.


Yunho carraspeó, sentándose al otro extremo del banco, tiene las mejillas sonrojadas, mira de reojo al muchacho. Es sorprendido y todos los colores se posan sobre su rostro.

Se quedó en silencio, hasta que el muchacho lo mira—Puedes escuchar la melodía?

Yunho algo atolondrado—¡Si!, digo no... cual melodía? (Solo puede escuchar su corazón dando patadas contra su pecho)


Las voces de sus padres lo hacen voltear...cuando vuelve la vista hacia el muchacho, este ya no está. Miró para todos lados y ya no lo vio, pero su gato apareció, salió entre los matorrales de suaves y perfumadas hiedras. Lo tomó entre sus brazos y salieron del bosque.


Yunho recibió una reprimenda,  pero las reprimendas de sus padres nunca  son tales. Un tazón de chocolate caliente y galletitas no son castigos.  Y  Boo  duerme plácidamente sobre la almohada con la pancita llena.


EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 4

 

Al amanecer

Despertó dando un gran bostezo, y perezosamente camina hacia la ventana abriendo las puertas de par en par.

Por qué todo tiene que ser tan brillante...los primeros rayos de sol se cuelan entre las ramas de las árboles y las gotas de rocío resplandecen como si fueran perlas trasparentes.

Hace una mueca y esboza lo que podría ser una sonrisa. Sus padres están bailando una antigua canción en la cocina, se pregunta si él algún día encontrará a esa persona especial a quien tanto amar.

Respira hondo, una vez se sintió enamorado.

El viento mece las copas de los árboles con fuerza y luego baja como una suave brisa, haciendo danzar a las flores silvestres. Los fuertes juncos se mecen e inclinan ante la presencia de un gato...

¡Un gato!?

Avanza directamente hacia el muchacho, con ese andar elegante, sin dejar de mirarlo con esos grandes ojos misteriosos que parecen hipnotizarlo.

Yunho pestañea, para pronto cerrar la ventana, y al voltear... el gato está sobre su cama.

¡Tú, como entraste!

El gato lo mira un breve instante, para luego comenzar a acicalarse las orejas y luego la pancita.

¡Vete!

Yunho abre la ventana para que salga. Pero el gato no está interesado en la histérica reacción del muchacho, le parece más entretenido jugar con el atrapa sueños.

Qué sucede. Por qué gritas pregunta el señor y señora Jung.

Yunho indica su cama...

Ambos se miran y sonríen—Es adorablemente tierno...

Yunho rueda los ojos

—Como se llama tu amiguito...

—Como voy a saber y no es mi amiguito.

—Entonces debes colocarle un hombre a tu nuevo amigo...

—Por qué haría eso, y, no seré amigo de un gato. Es ridículo.

Pues el gato ya te eligió, dijo el señor Jung, mientras el gato se acomoda en la almohada, listo y dispuesto a dormir.

Más tarde

Yunho mira al gato que sigue dormido en la mullida almohada. Hace una mueca—Puedes quedarte, de todos modos, yo, me iré. Dijo agarrando una mochila. Cuando bajó con sigilo las escaleras procurando no ser descubierto por sus padres, que están en la sala...se escuchó un gran maullido. Yunho sintió que los vellos de su piel se erizaron.

—¡Shh! cállate y no me sigas. 

 El gato lo mira, luego con indiferencia caminó maullando hacia la sala para jugar con los hilos de algodón que la señora Jung estaba tejiendo.

Travieso, dijo, enrollando un poco de hilo para que el gato juegue.

Ven aquí, hijo, vamos a jugar una partida de ajedrez, dijo el señor Jung, el muchacho hace una mueca—No se jugar ajedrez.

El señor Jung sonríe—Mejor así.

Yunho rueda los ojos., hace una mueca cuando el gato comienza a tironear las amarras de sus zapatos—Gato Bobo.

Sonríe de medio lado...

Ese es un buen nombre, dijo Yunho...Su padre sonríe y estuvo de acuerdo, pero la señora Jung alza una ceja—No se debe jugar con el carácter de las hadas, pueden ser muy dóciles y amables pero cuando se enojan...

Tu madre tiene razón, dijo carraspeando el señor Jung—No hagamos enojar a las hadas.

Yunho rueda los ojos, acaso sus padres creen en esas tontas historias  que cuentan  los aldeanos?

Gatos que son hadas, es totalmente ridículo.


EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 3

 Yunho está apoyado contra el tronco de un cerezo, pensando en las palabras de la anciana.  Hace una mueca, son tonterías, se dice para dejar de pensar en ello.

Ve como las ramas se mueven de manera lenta y sincronizada con el viento. Los primeros brotes se aferran a las ramas y una pequeña flor cae lentamente sobre su nariz, resopla para hacerla volar. Momento en que el viento comienza a soplar con más fuerza, haciendo que miles de hojas y flores diminutas dancen desenfrenadamente por todos lados.

Cuando el viento dejó de soplar y solo se puede escuchar el lejano rumor de una brisa, Yunho caminó sobre ese manto de pétalos y hojas verdes amarillas con bordes anaranjados.

La primavera y el otoño parecen uno solo.

La belleza y el aroma del lugar es sublime., Yunho no quiere aceptarlo de manera racional, pero su corazón ya lo hizo.

Caminó un poco más para detenerse y mirar el entorno. Puede ver la chimenea de la vieja casa. El cielo está demasiado azul y las nubes muy blancas, sin embargo sintió caer una gota de agua sobre su rostro.

Hizo una mueca—Que demonios.

Sintió que entre todas esas hojas y flores, algo se mueve lentamente, sea lo que sea no se quedará para averiguarlo... Apuró el paso, hasta que comenzó a correr llegando sin proponerse al bosque. El gigante árbol, que parece custodiar la entrada, mece sus troncos con algo de dificultad, se puede escuchar rechinar...y de nuevo otra gota cayó y otra más...El árbol movió sus ramas y sus hojas cual cabellera dejaron caer una ligera llovizna.

Es la llovizna de rocíos de la mañana...

Quien dijo eso, pregunta Yunho mirando en todas las direcciones. Dos gatos salieron entre las hojas, lo miraron con curiosidad, para luego correr dentro del bosque., dejando una estela de hojas y flores en el aire.

Yunho respira hondo, gatos locos, dijo para regresar a la casa. No debe sorprenderle ver gatos a cada paso que da, ya sus padres le dijeron que en ese lugar había muchos.


Más tarde, después de comer subió a su cuarto...se tumbó sobre la cama.

Que pereza, dice bostezando, pestañeó y sin darse cuenta se durmió.

Algunas horas después

El señor y señora Jung se sientan en el columpio de la terraza, juntos toman el fresco de la noche. El cielo les regaló una estrella fugaz, sonríen, sus corazones pidieron el mismo deseo.

Cerca de la medianoche, Yunho, despertó por un ruido que proviene del ático. Vuelve a bostezar, la casa es grande y aún no conoce todos los rincones. Se levantó y miró el pasillo, un farol está encendido...el ruido continúa...sus padres duermen plácidamente. Se acercó a la escalera que lleva al ático, no estaba convencido de querer investigar, pero vio luces por debajo de la puerta. Respiró hondo, agarró el bastón de su padre, con el cual presume ser todo un caballero...Subió procurando no hacer ruido, tragó saliva y giró el pomo de la puerta, la abre de topetón.

Cientos...miles de lucecitas diminutas salieron por la ventana y se esparcieron por el manto de trébol.

Yunho siente su corazón agitado, que belleza...incluso las lucecitas llegaron hasta el gran árbol, como si fuera un gigante árbol de navidad con luces titilantes.

Del ático pudo salir fácilmente al tejado, desde allí el paisaje es estremecedor, ni la ciudad más iluminada puede compararse a las inquietas lucecitas.

De pronto escuchó un pequeño ruido, algo agradable...como si fuera una melodía que puede calmar su alma. Algo parecido a un...ronroneo.


domingo, 7 de marzo de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 2

 

Yunho despierta dando un gran bostezo, hace mucho que no dormía tan bien...se quedó mirando el techo, y tal como las nubes hacen figuras en el cielo, las manchas de las vigas asemejan gatos, hace una mueca, seguro no despierta del todo. En una esquina una pequeña telaraña se mueve con la brisa que entra por la ventana y el atrapa sueño parece entonar una melodía. Todo se ve tan brillante a través de las cortinas de tul blanco...hace una mueca y se tapa con la sábana hasta la cabeza. No lograrán convencerme, dice.


Escucha tararear a sus padres, ella preparando el desayuno y él arreglando la pata de una silla...definitivamente el buen humor de sus padres no lo convencerán de querer quedarse en esa vieja casa...respira hondo, pensando en la estrategia a seguir...Haré huelga de hambre, piensa, si debo quedarme...nadie me sacará de este cuarto., piensa mientras se sienta en la cama.


Pero, huele un exquisito aroma a canela y miel que despierta su estómago.


Debo tener energías para pensar en un buen plan., dice bajando las escaleras.


Corre por el pasillo, y con indiferencia fingida llega a la cocina, para luego devorarse los panqueques. Ella sonríe, su esposo e hijo parecen dos niños tragones.


Ya que esta mañana estás con tanta energía disponible, iremos al pueblo...necesito algunas herramientas (indicando el techo) a veces suele llover sin previo aviso, dice su padre.


Yunho frunce el ceño—No me gusta la lluvia.


Su madre revuelve su cabello—Terminarás amando todo de este lugar.


Luego mientras espera a su padre, mira hacia el bosque que curiosamente le parece estar más cerca que cuando llegaron.


Su padre coloca su mano en el hombro del muchacho—Escuchas?


Yunho se encoje de hombros—No escucho nada.


Pon atención, escucha...dice su padre.


Yunho haciendo una mueca—Solo escucho el sonido de los árboles y de algunos insectos.


El padre sonríe—Maravilloso, verdad?


Yunho rueda los ojos, que tiene de maravilloso el ruido de los árboles y de los insectos.


Luego


Qué haces, ven, dice el padre haciendo una seña para que Yunho se baje del auto. Este hace una mueca, acaso no vamos al pueblo? pregunta. El padre sonríe, iremos caminando, es bueno para los pulmones respirar el aire fresco de la mañana.


Que prefieres pregunta el padre...canturreamos mientras caminamos, hablamos de padre e hijo o mejor de hombre a hombre o nos mantenemos en silencio.


Mantenerse en silencio es la mejor opción para Yunho.


Pero su padre comienza a silbar una indescifrable melodía, lo cual provoca la risa de Yunho., trata de arrugar el ceño, pero no puede. Van pasando por un puente, puede ver los musgos verdes y las piedras de colores a través del agua cristalina y el sonido de la suave corriente es agradable. Luego ante sus ojos, un valle maravilloso, de múltiples colores...verdes, amarillos...anaranjados y casitas blancas. Más arriba las casas van formando un arcoíris. Mucho color, verdad? la gente es así por estos rumbos, alegres. Seguro no te aburrirás, dijo el señor Jung, sonriendo a su hijo.


Yunho hace una mueca—No pretendo quedarme mucho tiempo (dice sin querer admitir que ese lugar es realmente hermoso)


Al muchacho le llamó la atención muchas casitas pequeñas a un costado de las casas grandes. 


Fue cuando sintió una extraña sensación recorrer su espalda, bastante agradable, volteó a mirar y...no vio nada.


¡Semillas de Geranios! seguro a tu madre le encantarán, dice el señor Jung,  entrando a una tienda...No vienes?


Yunho rueda los ojos, seguro su padre comprará todas las semillas de flores de la estación—No, prefiero esperar aquí, me dan alergia las flores.


El padre rueda los ojos.




Mientras espera y mira hacia ambos lados, vio de pronto a dos muchachos caminando de forma algo extraña, y parecían estar aguantando la respiración...incluso ya estaban colorados...miran a Yunho...


Nos está mirando...


Camina más rápido...


No aguanto la respiración...voy a estornudar...


¡Corramos!


Los dos muchachos comenzaron a correr.


Yunho se encoje de hombros, que sujetos tan extraños dice. Y por algo que no sabe ni se detuvo a descubrir, sintió curiosidad. Se subió a una pirca de piedra, pero no los vio...solo vio dos gatos corriendo hacia el bosque.


Se sentó a la orilla del camino, y escuchó risas de niños, volvió a subirse en la pirca...no vio nada. Hace una mueca, murmura una palabrota...al voltear casi se cae al ver de pronto a  una anciana que lo observa detenidamente para luego preguntar—Ya lo encontraste?


Yunho totalmente confundido—Eh?




Ya veo, dice la anciana, no te preocupes...él te encontrará a ti.



lunes, 1 de marzo de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 1



El auto avanza por el camino de pavimento para luego tomar una ruta  polvorienta...Yunho un joven de quince años mira por la ventana, no deja de fruncir el ceño,  su madre sonríe, será bueno vivir en contacto con la naturaleza dice tratando de animarlo...El padre de vez en cuando sonríe, pero no dice nada, que podría decir, la rebeldía de su hijo tiene un motivo...no es fácil perder a quien amas a tan temprana edad.
La madre habla del bonito paisaje que se encuentra más adelante...Yunho hace una mueca, a quien le importa parece murmurar...Mira por la ventana,  vuelve a hacer una mueca, su madre tiene razón...es un paraje hermoso,  sus ojos se humedecen,  a esa persona le hubiera gustado ese lugar.
Su padre enciende la radio, sonaba una canción antigua, su madre sonríe...es de nuestra época dice, ambos comienzan a tararear, Yunho rueda los ojos., se queda quieto y callado mirando las ramas de los árboles que parecen inclinarse, los rayos de sol se cuelan a través de ellos, alza las cejas, le pareció ver niños corriendo por el bosque, mira por la ventanilla de atrás...pero no ve nada.
Te gustará la casa, dice su madre, quizás tengamos que hacerles algunos arreglos, dice su padre...definitivamente vivir entre la naturaleza le hará bien., dice mirando a su esposa.

Finalmente llegan a un sendero de ensueño, las ramas de los árboles forman un arco y miles de pequeñas flores caen por enredaderas tan grandes como los mismos árboles. Solo un tramo más y llegaron a la vieja casona...Yunho frunce el ceño y no quiere bajar del auto, sus padres lo animan...
Hijo ven, ayuda con el equipaje...a regañadientes, el muchacho baja, da un salto creyó sentir algo pasar por sus piernas¡Algo me rosó la pierna!...su padre ríe—Debió ser un gato...
Un gato?, su madre sonríe—En este lugar hay muchos gatos...
Yunho frunce el ceño—No me gustan los gatos...
—Desde cuando...
—Desde ahora.

Tendrás que acostumbrarte muchachito, los aldeanos dicen que son pequeñas hadas en forma de gatos, dice el padre sin dejar de sonreír.
Yunho que permanece con el ceño fruncido—Pamplinas.

El padre abraza a su madre—Quizás veamos a Totoro...
Ambos ríen, el muchacho rueda los ojos.

Yunho deja a sus padres admirar la naturaleza que rodea la casa, mientras poco a poco se asoma a una ventana, bastante agradable para ser una casucha, dice entre dientes...Te gusta hijo?, pregunta su madre, seguro hay ratones, contesta malhumorado, ella ríe, ratones? con la cantidad de gatos?, vamos jovencito tenemos que limpiar, Yunho protesta.
El padre respira hondo pasándole una escoba, obedece o tu madre nos dejará sin comer.

Mientras el padre barre, labor que Yunho no quiso hacer, él se dedica sin muchos ánimos a limpiar las ventanas, está en eso cuando ve algo moverse entre el tierno trébol, algo que se arrastra pegando bien la barriguita en el suelo blandito que observa al muchacho mal genio...Yunho pestañea tratando de ver mejor, se pone en alerta, lo que sea se acerca más,  Yunho se inclina para ver mejor, luego se agacha...un poco más, solo un poco más, camina sigiloso...sus padres lo miran y sonríen, lo dejan que explore la casa y los alrededores, ellos continúan limpiando mientras Yunho sigue interesado en lo que se mueve entre la hierba.
Al rato se da cuenta que está en medio del patio,  puede escuchar a sus padres tararear canciones antiguos, melosos dice cuando lo que iba siguiendo antes, comienza a moverse con mayor rapidez hasta el bosque. Se quedó quieto dudando si seguir o regresar, el ruido que hace un árbol gigante meciéndose hizo que retrocediera. Respira hondo, y se devolvió  a la casa, abre la puerta corrediza y rueda los ojos, sus padres bailan una romántica canción.


Se apoya en el umbral de la puerta, cuando regresaremos a la ciudad, pregunta. Sus padres lo miran—Acabamos de llegar.
Yunho frunce el ceño—¡Odio este lugar!
Diciendo aquello corre a la habitación y tumbado en la cama llora.

El señor y la señora Jung lo dejaron tranquilo, en algún momento le dará hambre y bajará a comer.

Cerca de las diez de la noche, Yunho despierta, bosteza y mira hacia la ventana, el cielo está cubierto de titilantes estrellas. Respira profundamente...pero...de pronto da un salto, hay algo a los pies de la cama, algo suave y blandito, que con el grito del niño salió por la ventana.

La señora Jung respira hondo y luego mira al señor Jung, ambos sonríen.
Yunho alza una ceja, que les pasa, les digo que algo extraño estaba en mi habitación y ustedes sonríen?

El señor Jung se puso serio, hijo, dijo colocando una mano en el hombro de Yunho.
La señora Jung hizo lo mismo, lo cual comienza a asustar al muchacho, debe ser algo serio, piensa...
Sus padres dicen a coro que el extraño ser que estaba en su cama es nada más y nada menos que un “Neko”
Momento de silencio para luego reír.
Yunho está molesto.
Lo siento dice su padre, no te preocupes, ya sabes que en este lugar hay muchos gatos.
La señora Jung hace que se siente al borde de la cama a su lado—Se dice, que los nekos son espíritus, que se aparecen ante la persona que los necesita. Son guardianes de su alma.
Yunho la mira y pestañea—En serio piensas que es real?
Ella sonríe—No, pero es lindo pensarlo.
Yunho respira hondo.


CONTINUARÁ?