sábado, 3 de abril de 2021

EL ESPÍRITU DEL BOSQUE 5

 Yunho hace muecas, mirando al gato y este entre indiferente y perezoso, bosteza y se acomoda en la almohada...su lugar favorito de toda la casa. Al parecer todo lo que tenga el aroma de Yunho es para el gato, su lugar favorito.


Y ya pensaste en un nombre? preguntó la señora Jung.

Yunho se tumba sobre la alfombra, respira hondo—No tengo tiempo para pensar en un nombre para gato.

Y que es eso que tanto demanda tu tiempo? preguntó la señora Jung con tono, algo, irónico.

El muchacho respira hondo, debe encontrar la manera de escapar. Aunque muy, pero muy interiormente esa idea se va evaporando como el vaho de la tetera que empieza a sonar.

Entonces, ya pensaste en un nombre? preguntó el señor Jung.

Yunho se encoje de hombros mientras ve al gato jugar, corriendo por el pasillo persiguiendo una polilla...para distraerse después con una mariposa que persigue por el campo. Da saltitos tratando de atraparla...Yunho pestañeó cuando la mariposa se posó sobre la pequeña y rosadita nariz del gato.



Gato Bobo, dice, sonríe, ese es realmente un buen nombre.


El gato lo mira y maúlla.


—Creo que te queda bien, Bobo.

Yunho sintió que toda su piel se encoleriza, ni se atreve a respirar...el gato atrapó su pie desnudo, luciendo sus pequeñas pero afiladas garritas.

Quise decir, lindo gatito...Boo, si ese es un buen nombre, te gusta verdad? Boo.

Y de pronto toda la naturaleza que los rodea parece celebrar, los trinos de los pájaros melodiosos, la brisa que mueve los juncos y cerezos en flor. Las ondinas del riachuelo parecen cantar.


Entre la crecida hierba y florecillas lilas, comienzan a aparecer otros gatos.

El gato, Boo, maúlla y corre con ellos en dirección al bosque.


Yunho hizo una mueca, gato tonto, dijo y se acomodó en la hamaca que su padre hizo entre dos naranjos del patio. 

Ya han pasado algunas horas y si bien la tarde es agradable y la brisa es como una caricia, está inquieto.


Salió a caminar por los alrededores, explorando los lugares que no conoce todavía, se subió a pircas de piedra, atravesó puentes. Llegó al faldeo de un cerro y se sorprendió cuando vio unos bien construídos escalones, por lo cual pudo llegar a la cima que está cubierto de flores amarillas, blancas, azules y aromáticas. Desde allí puede ver el pueblo, se ven como casas de juguetes. Ya comenzaba a atardecer, las pequeñas casitas al lado de las más grandes, parecen faroles iluminados.

Es como esas portales que se ven en las revistas navideñas, pero sin nieve.

Escuchó el sonido de un tren, que pasó perdiendose entre el bosque dejando una estela de humo blanco con chispitas de colores.

Decidió regresar, seguro el gato bobo ya regresó.

Después de cenar subió al cuarto. Bosteza, miró la almohada, Boo no ha regresado, respira hondo, los gatos tienen siete vidas...seguro está bien.

Pero...

No puede dormirse.

Respiró profundamente cuando va camino hacia el bosque. Debo ser muy tonto, se dice...dio gracias a que la luna está llena iluminando el valle.

Un intenso ruido a su espalda lo hizo correr adentrándose en el bosque, corría y corría sin mirar hacia atrás, hasta que cayó sentado en un montón de otoñales hojas. Escuchó unas risitas, frunció el ceño ¡Quien está ahí!


Dos gatos salieron entre las ramas...


Yunho hizo una mueca, respirando hondo para calmar los latidos de su corazón—Supongo que conocen a mi gato, se llama Boo, lo han visto?


...


¡Pero que rayos estoy haciendo! se regaña.



Yunho se pone de pie sacudiendo las hojas pegadas a su pantalón. Siguió caminando en dirección donde se fueron esos gatos, seguro Boo debe estar por ahí cerca. Miró el sendero despejado, alzó una ceja...faroles que cuelgan de los árboles?. No se detuvo a pensar que es extraño. Divisó a su gato correr, lo siguió, adentrandose más en el bosque y así llegó a una estación de trenes, aparentemente abandonada.

¡Boo! vuelve aquí...

Hace una mueca, ahora debe correr detrás de su gato., que se interna más en el bosque.


Se quedó quieto cuando vio a un muchacho, sentado en un banco en medio de un manto de tréboles.


Yunho carraspeó, sentándose al otro extremo del banco, tiene las mejillas sonrojadas, mira de reojo al muchacho. Es sorprendido y todos los colores se posan sobre su rostro.

Se quedó en silencio, hasta que el muchacho lo mira—Puedes escuchar la melodía?

Yunho algo atolondrado—¡Si!, digo no... cual melodía? (Solo puede escuchar su corazón dando patadas contra su pecho)


Las voces de sus padres lo hacen voltear...cuando vuelve la vista hacia el muchacho, este ya no está. Miró para todos lados y ya no lo vio, pero su gato apareció, salió entre los matorrales de suaves y perfumadas hiedras. Lo tomó entre sus brazos y salieron del bosque.


Yunho recibió una reprimenda,  pero las reprimendas de sus padres nunca  son tales. Un tazón de chocolate caliente y galletitas no son castigos.  Y  Boo  duerme plácidamente sobre la almohada con la pancita llena.


7 comentarios:

  1. Me encanta, Kira, es un lugar extraordinario, qué ganas de vivir en un bosque así!!! Bella historia, gracias!!!

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  2. Parece una historia para niños es magnifico me recuerda cuando leía esos cuentos...
    Que lindo es el gatito boom
    Seguiré leyendo
    Gracias Kira

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    1. Muchas gracias por leer y comentar. Al contrario de otras historias que he escrito, está será totalmente pura :)

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    2. Muchas gracias por leer y comentar. Al contrario de otras historias que he escrito, está será totalmente pura :)

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  3. Hermosa historia y cada vez más intrigante ☺️

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